Cartas
Cuando uno recibe una citación del Hospital, normalmente, suele tener una mezcla de sensaciones. En ese afán de estar bien uno mismo y con quienes nos rodean, siempre se espera que las noticias sean buenas, que los diagnósticos estén siempre en el mejor de las situaciones y que las dolencias o malestar cese lo antes posible.
Claro que, en ese trance, el contar con profesionales que hagan el camino agradable es algo que merece ser mencionado. Hace cosa de una semana, una prueba me trasladó a las puertas 7 y 8 del Hospital de Medina del Campo. En su interior, el equipo de Urología me hizo sentir como en casa -a pesar de todo-. Amabilidad, buen talante y humanidad por todos los costados. Una fluida conversación hablando de los quehaceres cotidianos, de aficiones y de la vida en general, preguntando en todo momento cómo me encontraba y cerciorándose de que, en todo momento, yo me sentía a gusto y bien.
En tres o cuatro semanas, me avisaron, tendré que volver a por los resultados. Realmente, no pienso en ello. En lo que doy vueltas es en la capacidad que tienen los buenos profesionales en hacer sentirse bien a un paciente, a pesar de todas las circunstancias y, por esa misma razón, quería referirlo en este periódico públicamente. Hay que valorar a nuestros profesionales y el compromiso que con Medina del Campo adquieren. Por mi parte, solo puedo decir que estoy agradecido, que pronto nos volveremos a ver y que, como paciente, es una calma estar en buenas manos.
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Pus tiene usted mucha suerte los demás esperamos mucho tiempo con patologías que requieren un seguimiento