Editorial-. El pleno ordinario de septiembre, celebrado ayer en el Ayuntamiento de Medina del Campo, dejó una estampa cada vez más común.
Con apenas cuatro o cinco personas presentes entre el público, la afluencia física distaba mucho de aquellos años en los que pocas eran las butacas libres. Sin embargo, la baja asistencia presencial no es un signo de desinterés por la política local, sino de la adaptación a las nuevas formas de consumo de información.
El medio local Telemendina Canal9 ha conseguido unificar lo tradicional con lo digital, al transmitir los plenos en directo a través de su canal de YouTube, con un alcance considerable.
La sesión de ayer, por ejemplo, acumuló cerca de 500 visualizaciones en un solo día, lo que demuestra que los vecinos siguen preocupados por el rumbo de su municipio, aunque ahora lo hagan desde la comodidad de sus hogares.
Pero este fenómeno también esconde un problema que no se puede ignorar, ya que aunque la tecnología haya facilitado el acceso a la política local, el contenido de los debates en el pleno parece haber perdido parte de su relevancia para muchos vecinos a los que la política nacional parece importarles más bien poco.
La política de Medina del Campo enfrenta un desafío grave cuando, sesión tras sesión, se ve cómo se desperdicia un valioso tiempo en cuestiones que no interfieren al desarrollo real de la villa. En lugar de centrarse en problemáticas urgentes, los plenos municipales a menudo quedan atrapados en discusiones que rozan lo banal, en las que se habla de Cataluña o de como escribir en lenguaje inclusivo ordenanzas municipales, por poner algún ejemplo.
El gobierno municipal, con la responsabilidad que tiene sobre los hombros, debería enfocar sus esfuerzos en generar un verdadero impacto positivo en la vida de los ciudadanos y la oposición, desde su lugar, abogar para que los dirigentes cumplan con lo prometido y además ellos mismos traten de llevar a cabo también planes y temas relacionados con la mejora de la villa.
Y es que los vecinos de Medina del Campo, quieren respuestas y acciones sobre asuntos que de verdad afectan a su día a día. Si bien el formato digital puede haber transformado la forma de consumir la política, no debería servir de excusa para que los políticos pierdan de vista lo esencial.
Medina del Campo necesita un liderazgo que, en lugar de dar vueltas a cuestiones superfluas, ponga todo su empeño en el progreso real y tangible de la villa.
El pleno debe volver a ser el lugar donde se planteen las soluciones que Medina del Campo necesita, porque el pueblo, aunque siga los debates a través de una pantalla, sigue esperando un cambio.
Y esos van porque tienen entre el PSOE a la señora. Para luego poner en redes sociales que los otros se llevan dinero, como si las suyas fueran gratis. Venga que ya cobrais