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sábado, noviembre 16, 2024

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Cenizas del tiempo: 128 años del devastador incendio de Rueda

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Más de 500 viviendas fueron devoradas por las llamas en una fatídica jornada veraniega

Jorge Peña-.Quinientas casas ardiendo”. Así comenzaba la noticia en los medios de tirada nacional de la época como “El Correo Español”, “La Correspondencia de España” o“El Estandarte” entre otros, donde informaban de la catástrofe producida en el municipio vallisoletano de Rueda un  3 de agosto de 1896, cuando la localidad vivió una tragedia de proporciones inimaginables, a raíz de un voraz incendio que arrasó gran parte de sus calles.

Según se ha podido extraer de las cabeceras mencionadas, el incendio se produjo durante el mediodía, cuando una mujer encendió leña cerca de unos haces de rastrojos arrimados a unos tapiales; su propósito, se cree, no era otro que el de calentar agua para lavar la ropa. Fue un fuerte viento el que hizo que el fuego se incrementara rápidamente, propagándose de tal manera que llegó de forma inmediata a las casa mas cercanas a él. A los periódicos iban llegando telegramas a lo largo del día, donde se comunicaban las novedades que iban surgiendo en Rueda. Desde la cima del cerro, el panorama era desolador, un mar de llamas y humo cubría la vista, mientras las casas y propiedades se consumían ante los ojos impotentes de sus habitantes, que asistían insólitos al desaparecer de sus hogares repletos de recuerdos.

Rueda no disponía entonces del material suficiente para combatir un incendio de tales magnitudes, lo que hizo que pedir ayuda a los municipios contiguos retrasara su extinción y permitiera la debacle de una gran parte del pueblo. La llegada de las bombas de agua, enviadas sobre todo desde Medina del Campo, fue un rayo de esperanza tanto para los vecinos que trataban de salvar sus moradas como para aquellos hogareños de la comarca que se habían desplazado para ayudar a las gentes de Rueda. Sin embargo, ese haz de luz pronto se desvaneció. La densidad del humo y el calor hacían el aire irrespirable, aumentando la desesperación. Afortunadamente, no hubo pérdidas humanas que lamentar, aunque sí pecuarias, ya que labradores y ganaderos fueron los más afectados.

«Situación tristísima, quinientas casas destruidas, vecindario consternado. rendido. Reúna personas caracterizadas y prensa, rogando fórmese. Junta auxilios para venir socorro desgraciando pueblo de Rueda», fue el telegrama enviado por el Gobernador Civil al secretario de Gobierno en Valladolid, tras confirmar in situ las horribles circunstancias. Así, utilizó la misiva para solicitar el envío de nuevas bombas al comprobar que las recepcionadas no habían sido suficientes. Periódicos como «La Época» o «La Iberia» se hicieron eco de estas peticiones entonces.

«En toda España han dejado huella las lágrimas de Rueda, el fuego ha destruido un pueblo entero». Rezaba la noticia en el número 136 -publicado el 13 de agosto de 1896, diez días después de lo ocurrido- de la revista ilustrada ‘Nuevo Mundo’ . Hoy, 128 años después, la memoria de aquel fatídico 3 de agosto sigue viva en los corazones de los habitantes de Rueda. El suceso no solo dejó una marca imborrable en la historia del municipio, sino que también subrayó la importancia de la solidaridad y la prevención entre los habitantes de la comarca. La reconstrucción y el resurgimiento de Rueda son testimonio del espíritu indomable de su gente, que frente a la adversidad, encontró la fuerza para levantarse y seguir adelante.

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