Tras haber cambiado la subbase de este enclave el pasado año, el Consistorio instalará ahora un nuevo mallado de césped artificial
Paula de la Fuente-. Si el último trimestre de 2023 trajo consigo la puesta en marcha de la I Fase de remodelación del terreno de juego del estadio Diego Carbajosa, a lo largo de las próximas semanas se dará comienzo a la segunda y última de las fases. Así, tras las obras que pusieron a punto la subbase de este terreno de juego el pasado mes de octubre, llegará la retirada de la moqueta del césped artificial para instalar una nueva. «No sustituimos el césped la otra vez porque no había disponibilidad presupuestaria. Si nos esperamos a juntarlo todo, quizá no lo hacemos nunca», defiende el edil de Urbanismo, Borja del Barrio, sobre la primera actuación.
Tal y como ha explicado el edil de Deportes, Ricardo Coca, a este medio de comunicación, esta actuación no será excesivamente larga, por lo que a lo largo del mes de junio podría verse finalizada. De hecho, garantiza que el Campeonato de Fútbol 7 que se desarrolla en temporada estival, así como multitud de campus previstos para el verano, se desarrollarán sin ningún tipo de incidencia. Del mismo modo, Coca pone el foco no solo en este cambio de césped artificial, también en la actuación que permitirá mejorar los vestuarios del recinto, así como los aseos. Unas mejoras que emanan de los Fondos de Cooperación y que rondan los 200.000 euros.
Lo cierto es que ya en noviembre de 2022 el Consistorio medinense anunció la licitación del pliego para las obras de mejora del campo de césped artificial Diego Carbajosa, que valoraron entonces en 143.227 euros. Situado junto al Polideportivo Pablo Cáceres, este campo cuenta con una antigüedad de unos doce años y ha sido objeto de uso intenso desde entonces, por lo que, según explicaba la memoria de la licitación, es preciso que se lleve a cabo la sustitución de la moqueta del césped artificial así como la mejora o renovación de la subbase. Esta moqueta está desgastada y cuenta con algunas roturas, mientras que en la subbase se observan multitud de blandones. Motivos que hacen que en la actualidad esta instalación presente “unas condiciones para la práctica deportiva deficientes”, que hacen necesaria una intervención, según se explica a través de dicha memoria.
Asimismo, según se explicaba en este documento, se habría pedido por parte del concejal del área, debido a limitaciones presupuestarias, que la sustitución de la moqueta de césped artificial se realice en una fase posterior, una vez ésta haya alcanzado el límite de su vida útil (2-3 años). Sin embargo, la dirección técnica que realizó el proyecto consideraba mejor opción la intervención en ambas capas, aunque según las instrucciones recibidas, se ha procedido primero a la renovación o mejora de la subbase con recuperación de la moqueta de césped artificial y su recolocación y marcado.