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viernes, noviembre 15, 2024

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La importancia de comer despacio para la salud: claves y beneficios

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Comer rápidamente es una práctica común en el estilo de vida actual, especialmente para aquellas personas que llevan una vida estresante. Sin embargo, este hábito puede tener consecuencias negativas para la salud. Según Cristina Bedmar, profesora del máster en Alimentación Saludable y Sostenible de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ingerir alimentos en menos de 15 o 20 minutos, sin masticar adecuadamente, puede provocar malestar digestivo, distensión abdominal e incluso contribuir al aumento de peso a largo plazo.

Riesgos de comer rápido

Cuando comemos deprisa, no damos tiempo al cuerpo para que envíe las señales de saciedad al cerebro, lo que provoca que consumamos más alimentos de los necesarios. Este comportamiento está relacionado con enfermedades como el sobrepeso, la obesidad y problemas cardiovasculares. El cuerpo necesita unos 20 minutos para enviar esas señales, y al comer rápido, es probable que ingiramos más calorías de las que realmente necesitamos.

Además de los problemas de peso, comer rápidamente puede causar malestar gástrico, reflujo y acumulación de gases, debido a que no se mastican bien los alimentos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 se registraron en España 3.546 muertes por atragantamientos accidentales, de los cuales un 11% fueron provocados por la ingesta de comida mal masticada.

Beneficios de comer despacio

Comer de manera pausada no solo mejora el disfrute de los alimentos al poder percibir mejor sus sabores, sino que también facilita la digestión. Como explica Bedmar, la digestión comienza en la boca con la secreción de enzimas digestivas, y masticar bien los alimentos permite que el proceso digestivo en el estómago sea más eficiente.

Una práctica que fomenta esta forma de comer es el mindful eating, o alimentación consciente, que ayuda a las personas a identificar los niveles reales de hambre y a comer sin distracciones, prestando atención a las señales de saciedad. Esta técnica promueve hábitos alimentarios más saludables y favorece una mejor relación con la comida.

Seis consejos para comer despacio

Para incorporar el hábito de comer de manera más lenta, Bedmar recomienda los siguientes consejos:

  1. Usar cubiertos: Evitar alimentos que se consuman con las manos, como bocadillos, o líquidos como batidos, que se ingieren más rápido. Comer con palillos también ayuda a reducir la velocidad de ingesta.
  2. Incluir alimentos integrales y crudos: Estos alimentos requieren más tiempo para masticarse, lo que promueve una ingesta más pausada.
  3. Evitar distracciones: No comer frente a la televisión o el móvil, ya que estas distracciones transforman la comida en un acto automático y reducen la percepción de saciedad.
  4. Comer en compañía: Compartir las comidas con otras personas no solo mejora el disfrute, sino que también favorece una alimentación más pausada.
  5. Separar comida y trabajo: No comer frente al ordenador, ya que esto reduce la atención en lo que se está comiendo y favorece un consumo inconsciente.
  6. Planificar las comidas: Reservar tiempo solo para comer y planificar qué se va a consumir ayuda a mejorar la calidad de las comidas y el disfrute de las mismas.

Relación entre la velocidad de la ingesta y los niveles de azúcar

Aunque no existen estudios concluyentes que vinculen directamente la velocidad de la ingesta con los niveles de azúcar en sangre o la diabetes, Bedmar señala que los tipos de alimentos que consumimos sí influyen en la digestión y la respuesta glucémica. Alimentos integrales o crudos, por ejemplo, tardan más en digerirse y permiten una absorción más gradual del azúcar en sangre, lo que puede influir en el control glucémico.

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