Este jueves 13 de junio, la Villa de las Ferias se vistió de fiesta para honrar a su co-patrón, San Antonio de Padua. Los medinenses se congregaron en la Colegiata de San Antolín, donde a las 12 del mediodía tuvo lugar la eucaristía en honor al santo.
Después de la misa, Medina del Campo se engalanó para dar inicio a la procesión que recorrió las calles de Padilla hasta llegar a la confluencia con Bernal Díaz del Castillo, Plaza del Pan, San Martín, Alfonso Quintanilla y Almirante. El desfile fue acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía Nuestra Señora del Carmen.
Como parte de las tradiciones de esta festividad, se repartió el popular «pan dormido» del santo abad entre los asistentes. Este año, además, los presentes pudieron disfrutar del «roel dulce», un bollo especial creado por los reposteros locales y presentado por el Gremio de Pastelería de la villa.
La historia detrás de la tradición del pan dormido se remonta a uno de los milagros atribuidos a San Antonio. En un trágico incidente, un niño de tan solo 20 meses, llamado Tomasito, cayó en un pozo de agua y se ahogó. La madre, desesperada, invocó la ayuda de San Antonio y realizó una promesa: si el santo le concedía la gracia de devolverle la vida a su hijo, ella daría a los pobres un peso en pan equivalente al peso del niño. Milagrosamente, el pequeño volvió a la vida, y desde entonces se ha mantenido viva la tradición de repartir pan entre los necesitados como un gesto de agradecimiento y generosidad.
