Al Margen
Cuando yo todavía tenía edad para ser guardés no pude presentarme porque dicha figura no se contemplaba en las fiestas. Pero lo que sí pude hacer durante algunos años, en Medina y en algún pueblo más, es votar a la futura reina de las fiestas. No hacía falta postularse para ello. Eran las propias peñas o grupos de amigos quienes se encargaban de elegir a sus respectivas candidatas, aunque no siempre con la seriedad necesaria, ya que en una ocasión votamos masivamente a un chico para reina. Desafortunadamente declinó el ofrecimiento y se eligió a la siguiente, que tampoco estaba mal. Variados han sido los métodos para elegir guardesa, reina o lo que corresponda en cada municipio. Por aclamación entre los jóvenes, por recogida de votos en la que los padres se implicaban como políticos en campaña…O el modelo actualmente vigente en la villa, en el que la iniciativa tiene que partir de las propias chicas y, ahora sí, los chicos también. Quizás por vergüenza o por tener otras prioridades durante las fiestas, parece que el número de candidatos no es el suficiente y quizás no estaría mal sugerir que fuesen los propios jóvenes quienes postulasen a sus candidatas y candidatos y después discernir, en segunda vuelta, a los dos, tres o cinco encargados de ocupar los cargos correspondientes. Es más, con las redes sociales que hay ahora, se podrían elegir a base de “likes”.
Claro que, por otra parte, están los “haters”, que son aquellas personas que odian semejante selección, bien porque nunca podrían aspirar a ser elegidos, bien porque lo moderno es eliminar todo aquello que huela a tradición aduciendo que es “casposo y paleto”, pero sin aportar alternativa mejor y socavando la ilusión de los jóvenes que quieren ver su foto en el programa de fiestas. Ojalá que aquellos tristes no acaben con estos ilusionados.
Rodrigo V.
Que se quite esta paletada de una vez por favor
Estoes una tradición.Y como tal se debe mantener.
Pero como era antes, donde se elegía entre las niñas de las familias de bien que hacia su puesta de largo. Se escogia a una, y al año siguiente a otra, y si había alguna gordita pues a otra y para el año que viene se le ponía a dieta y podía estar presentable.
No como luego con la democracia que se hicia por votación popular y lo fastidio todo.
¡Qué se respete a quien quiera serlo y a quien no!. No sean perros del hortelano, que ni comen las berzas ni las dejan comer…
Los , ahora llamados, haters, son l@s chismos@s de toda la vida, que lo suyo callan y lo ajeno cantan…,les dan igual quiénes salgan, les van a criticar sí o sí… aquí no se salva nadie.
Muy buena, la última reflexión del artículo.
Hace poco comentabamos en nuestra particular tertulia que arregla el mundo que los himnos nacionales antes de los partidos de fútbol de ahora de la Eurocopa sobran. Es de esas cosas que no aportan nada, y que si no estuvieran y alguno en la UEFA dijera: «oye, ¿y si antes del partido suenan los himnos nacionales?», el resto les respondería: «¿para qué?» Pero es algo que está tan metido y forma parte del espectáculo que sigue haciéndose, como la haka maori antes de los partidos de rugby de la selección de Nueva Zelanda. Otra payasada, no la haka, sino en lo que se ha convertido.
Una prueba de todo esto podría ser por qué en las corridas de otros no suena el himno nacional y en cambio si el pasodoble el gato montés, ¿qué aportaría ver a toreros, banderilleros, picadores, alguacilillos, areneros y demás alineados como futbolistas mientras suena el himno, y resoplando al acabar?
Si la ilusión de los jovenes se rompe con esta paletata, pues poco hay que decir o esperar de ellos. Salvo que, naturalmente es mentira. Indiferencia total, que en ciertos ámbitos (y este es uno de ellos) es todavia peor que la repulsión.
Ya se han propuesto cosas distintas tanto en el programa de fiestas para la juventud, como otras alternativas apara elegir a un representante de la juventud, y que además como premio no sea ir del brazo del alcalde/sa o de la conejal/a de turno, sino que sea un billete de interrail (más un pequeño cheque para gastos) o