El grave error del gobierno en la gestión de la quinta ola

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Editorial

Después de unas semanas en las que la incidencia no ha hecho más que subir en todo el territorio español, las Comunidades Autónomas han solicitado en muchos casos la vuelta de las mayores restricciones para sus ciudadanos, en un momento en que se llega a la vacunación para los menores de 30 años y se supera la barrera del 50% de la población inmunizada con su pauta completa.

Y es que se pueden observar de nuevo esos toques de queda y el ese ahogo a los empresarios de hostelería y restauración, que aguantan una y otra vez las medidas impuestas en cada comunidad.

Muchos expertos valoran ya la retirada de la mascarilla en exteriores aprobada por el Gobierno el pasado 26 de junio como uno de los mayores errores que se pudieron cometer, algo que ha incidido de manera directa en esta quinta ola de COVID19.

No tanto por la retirada de la mascarilla en la calle, algo que no se deriva directamente en contagios. Ha sido por la sensación general que ha generado en ese momento la retirada de esa normativa. Ese eslogan que decía “Vuelven las sonrisas” ha derivado en un relajamiento general de los ciudadanos, con el consiguiente contagio que se ha producido entre los jóvenes.

En este artículo no se pretende culpar directamente a la población más joven, pues no todos ellos se han comportado de manera irresponsable, los comportamientos inadecuados se han podido observar en cualquier rango de edad. Sin embargo, han sido los menos protegidos, y de ahí los nuevos contagios que se han traducido en una incidencia que no imaginábamos tener a estas alturas de la pandemia.

La polémica continúa y el fin del Estado de Alarma ha traído de nuevo una orfandad normativa a las Comunidades Autónomas, que no encuentran el paraguas necesario que les permita luchar contra la pandemia de coronavirus.

Se trata de iniciativas ya observadas como el toque de queda y restricciones fundamentales para los ciudadanos. Una serie de normativas que ya han funcionado en el pasado y que son imposibles de aplicar sin que exista una instancia superior que dé su visto bueno.

Después de los primeros meses de pandemia, el Gobierno Central abandonó a su suerte a las Comunidades Autónomas y apostó todo a sus Estados de Alarma, algo que incluso el Tribunal Constitucional ha tachado ya de ilegal. La realidad es que ha continuado sin ofrecer una normativa adecuada a sus territorios y sólo ha mirado por su cálculo electoral, olvidándose una vez más de su población.

La Voz de Medina y Comarca