Redacción.
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha puesto en valor esta mañana la contribución del proyecto Fisiomer al acercamiento de los servicios de atención integral al medio rural destinados a proteger a los más vulnerables. Lo ha hecho durante su visita al centro de Sahagún, el segundo que se puso en marcha en Castilla y León, en el año 2015, tras el de Paredes de Nava (Palencia)–, acompañada por Anabel Pérez, directora general de Aspaym en la Comunidad, como entidad encargada de la gestión del servicio.
Fisiomer nació como un programa de rehabilitación y prevención de situaciones de dependencia en núcleos rurales –para ayudar en su recuperación física a las personas mayores, dependientes y otros colectivos con necesidades–, y de fomento del envejecimiento activo.
En estos centros, profesionales cualificados tratan de forma personalizada diferentes patologías como lesión medular, ictus, esclerosis múltiple, fracturas, pinzamientos vertebrales, artritis o artrosis, evitando que los pacientes deban desplazarse. Además, al acercar estos servicios al medio rural, se potencia la autonomía de las personas, retrasando posibles situaciones de dependencia o intervenciones quirúrgicas, ayudando a prevenir futuras discapacidades y fomentando el envejecimiento activo.
Con el tiempo, Fisiomer ha ido evolucionando y ampliando su cartera de prestaciones hasta convertirse en un proyecto consolidado de servicios de atención integral, abierto a todos los usuarios, que ofrece asesoramiento e información sobre asistencia personal, productos de apoyo en los domicilios, ayudas sociosanitarias, accesibilidad digital e inserción laboral de personas con discapacidad.
También trabaja con jóvenes y voluntarios; colabora en la detección de posibles casos de violencia de género o de problemas y situaciones de vulnerabilidad social, y lleva a cabo actividades de desarrollo comunitario, contribuyendo a potenciar las relaciones sociales de los usuarios, generar hábitos saludables y, en definitiva, a mejorar su calidad de vida y su bienestar.
Cinco centros activos y uno en fase de implantación
Castilla y León cuenta en la actualidad con cinco Fisiomer activos (los de Sahagún y Camponaraya, en la provincia de León; Paredes de Nava, en Palencia; Villadiego, en Burgos, y Matapozuelos, en Valladolid), que sólo durante el pasado año prestaron atención a 1.900 usuarios en el entorno rural, 489 de ellos en las instalaciones visitadas hoy. Además, hay otro centro en fase de implantación en Villalpando, en Zamora, y el compromiso del Gobierno de Mañueco es abrir al menos una infraestructura de estas características en cada provincia al finalizar la legislatura.
Isabel Blanco ha recalcado que los centros Fisiomer disponen de tecnología vanguardista y de dispositivos de atención profesional y rehabilitación específica y especializada en el ámbito de la discapacidad y la dependencia, con capacidad de prestar los mejores tratamientos posibles.
Las ventajas de este programa se han evidenciado aún más durante la crisis sanitaria. La imposibilidad de desplazarse a las capitales de provincia en tiempos de pandemia, el miedo a utilizar transporte público en la vuelta a la normalidad o las reticencias a acudir a espacios de gran superficie o concurridos han hecho que la demanda de tratamientos en los centros Fisiomer ubicados en el medio rural se haya incrementado en los últimos meses.
Además, al ofrecer servicios próximos al ciudadano, estos centros son también un instrumento clave para detectar situaciones de riesgo en personas mayores, con discapacidad o dependientes, como son la soledad mal gestionada o cualquier forma de maltrato.
Colaboración con la Red Social para la detección de situación de vulnerabilidad
En estos objetivos trabaja precisamente la Junta, en colaboración con entidades y asociaciones del Tercer Sector, entre ellas, Aspaym, a través de la Red Social para la sensibilización y detección de situaciones de especial vulnerabilidad y fomento del buen trato. De ahí que los centros Fisiomer sean un activo fundamental para potenciar y extender por todo el territorio esta herramienta.
Desde un punto de vista social y económico, Fisiomer contribuye también a la dinamización demográfica y a la fijación de población en el medio rural, en tanto es fuente de creación de empleo. Estos centros generan puestos de trabajo de forma directa –ya que requieren la contratación de fisioterapeutas o celadores, entre otros perfiles profesionales– e indirecta –derivados de la demanda de otro tipo de servicios por parte de sus usuarios –como la ayuda a domicilio, el asistente personal o los centros de día–. Muchas de estas labores son desempeñadas por personas con discapacidad, por lo que este proyecto favorece su inclusión social y laboral.
Así, en los cinco Fisiomer que actualmente están en funcionamiento trabajan 12 personas (dos tienen algún tipo de discapacidad), de los que nueve son fisioterapeutas y tres profesionales de atención directa. En el caso de Sahagún, son tres trabajadores los que realizan las funciones de apoyo durante todo el año, a los que se suma uno adicional en verano para reforzar.
Estudio sobre los servicios
Por su parte, la directora general de Aspaym en Castilla y León ha destacado la relevancia que tiene el programa en las zonas rurales ya que, según el estudio Hábitos y costumbres de vida con la implantación de Fisiomer, realizado por la propia entidad el 68 % de los usuarios acuden a este servicio para el tratamiento de patologías puntuales, lo que contribuye a la mejora de su calidad de vida.
Además, se trata de un programa con un claro objetivo, asentar población en el medio rural mediante la atención directa y fomento del empleo. En esta línea, y según los datos obtenidos en el estudio, el 68 % de los encuestados aprovecha la visita a estas instalaciones para comprar, y el 55 % para acudir a la farmacia o al bar.
Otro aspecto relevante es que el 50 % de los usuarios tendrían que hacer más de 30 kilómetros para acudir a un centro de estas características si no hubiera un Fisiomer en su comarca. De ahí la importancia de implantar este tipo de servicios en zonas rurales para que las personas con necesidades puedan beneficiarse de una atención directa y personalizada, según ha indicado Anabel Pérez.
Apoyo a Aspaym
La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades ha apoyado la labor de estos centros con 600.000 euros, con cargo a la subvención del 0,7 % del IRPF, desde la puesta en funcionamiento de estos servicios.
El proyecto es un buen ejemplo de colaboración entre la Junta y las entidades del Tercer Sector para el engranaje del sistema de los Servicios Sociales de Castilla y León. Uno de esos agentes es Aspaym, a quien Isabel Blanco ha agradecido su labor y su compromiso con la atención y apoyo las personas con discapacidad. Esta organización tiene presencia en las provincias de Ávila, Burgos, León, Palencia y Valladolid, y cuenta con más de 2.000 socios, casi 300 voluntarios y 303 empleados.
Aunque en un principio su labor se centró en la atención de personas con lesión medular en la Comunidad, durante sus años de actividad Aspaym ha ido evolucionando, procurando cuidados a personas con todo tipo de discapacidad física (lesión medular, ictus, ataxia, etc.).
El apoyo financiero de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades a esta entidad ascendió el pasado año a más de 2,5 millones de euros, unos recursos que Aspaym destinó a atender el funcionamiento de sus cuatro centros en Castilla y León, todos ellos multiservicios –que gestionan con 180 plazas, de las que 82 son concertadas–, y a desarrollar el programa de itinerarios personalizados de empleo – cofinanciados por el Fondo Social Europeo y la Iniciativa de Empleo Juvenil–, con 5.818 usuarios y 125 personas contratadas.
La Junta también respalda económicamente los servicios de esta entidad a través de la prestación vinculada de dependencia –de la que el año pasado se beneficiaron 264 usuarios–, y de los programas Fisiomer y de atención personal y vida autónoma.
Un proyecto más en el proceso de modernización de los Servicios Sociales
Durante su intervención, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades ha recordado otras iniciativas de su departamento que, como Fisiomer, avalan el compromiso del Gobierno autonómico con las personas con discapacidad y dependientes y con el medio rural, como el nuevo modelo de Atención en Red, que se está pilotando en municipios de las provincias de Salamanca y Zamora, con el reto de extenderlo al resto de la Comunidad.
Se trata de un proyecto innovador, incluido dentro del sistema de atención a la Dependencia 5.0, que conjuga los cuidados en domicilio y en centros residenciales con la finalidad de ofrecer cuidados individualizados a las personas mayores, con dependencia, discapacidad o enfermedad crónica, ya sea en centros residenciales o en su propio domicilio, con la tecnología como aliada.
“Creamos hogares seguros de la mano de las nuevas tecnologías y con los recursos disponibles en los centros residenciales y de día. Y creamos también residencias lo más parecidas a los hogares. Todo ello para proteger a nuestros mayores con un modelo innovador que les permita vivir en su casa como si fuera una residencia o vivir en una residencia como si fuera su vivienda, según su elección”, ha indicado Isabel Blanco.
Proyectos como Fisiomer o Atención en Red forman parte de la apuesta por la modernización de los Servicios Sociales en la Comunidad, donde se aprovecha el potencial de las nuevas tecnologías para ponerlas al servicio de la protección de los más vulnerables y de la construcción de un futuro con más y mejores oportunidades.
Este modelo está adaptado a la realidad demográfica y social de Castilla y León, pensado para las personas que viven en entornos rurales y que además pretende contribuir a fijar y atraer población a los entornos rurales, con la creación de empleo directo en estas zonas.