Redacción.-No cabe duda que el problema de la despoblación está haciendo mella en una Villa como Medina del Campo. Existen hechos relevantes en nuestra reciente historia aparecidos por acontecimientos de los cuales poco podíamos hacer como el cierre de la central contable de Banesto, la caída de actividad en nuestro buque insignia como ha sido la estación de ferrocarril. Pero estoy convencido de que podríamos haber hecho mucho más en otros aspectos. No levantamos la voz cuando las fábricas del mueble empezaron a caer dejando más de 2.000 personas en el paro, mientras veíamos como La Junta de Castilla y León se volcaba en ayudas a FASA, o a la cuenca minera; en los momentos de auge de la economía, mantuvimos a personas a la postre “corruptas” durante 12 años en el ayuntamiento más preocupadas por su intereses que por la reindustrialización de Medina. Además fuimos incapaces de poner en valor un hecho tan relevante como el “Domingo abierto en Medina”, y lo más fundamental, la “envidia” de estas poblaciones castellanas que nos hacen ver en las ventajas de los que vienen de fuera, minimizando las virtudes de nuestros convecinos, lo que conlleva que nuestra riqueza acabe en manos de personas que reinvertirán ese dinero en sus lugares de origen y no en esta tierra.
Hoy años después vemos un panorama negro, donde nuestras calles más comerciales están llenas de carteles “Se vende o se alquila”, los polígonos industriales se convierten en desiertos con naves vacías, donde miramos con nostalgia, que para comprar un coche disponíamos de concesionarios de todas las marcas y, hoy nos toca ir a Valladolid. Pero como dice el refrán “agua pasada no mueve molino”, se avecinan nuevos retos y, por fin, la administración regional ha dictaminado que Medina y Comarca es un territorio prioritario de reindustrialización, lo que debería traducirse en inversiones, Europa apuesta por un Corredor Atlántico que podría dejar un apartadero de trenes en Medina como semilla de futuros proyectos. Pero existe algo mucho más importante, nuestro cambio de mentalidad, dejar de echar la culpa a nuestros políticos y empezar a apoyar al comercio de nuestra localidad en detrimento de plataformas online, aprender de nuestros errores, porque la lluvia de millones de inversión que le llegan a la cuenca minera, es el fruto de una población inconformista que logra que el resto de la sociedad visualice sus problemas. El futuro de esta tierra pasa por levantarnos de nuestra zona de confort y apoyar las iniciativas de las personas que hemos elegido para que nos representen, y de ser solidarios con los emprendedores y el comercio de esta tierra que al fin y al cabo son la semilla de la recuperación económica que todos deseamos.
Javier Cuevas