Nava del Rey: Castilla y León situó ayer a una perra en los cuartos de final del Nacional de Galgos

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Solana.- En medio de un gran ambiente, alrededor de 24.000 aficionados se dieron cita ayer, en mirador del corredero de “La Cuesta de los Picos” de la ciudad de Nava del Rey, para asistir a la primera jornada de los octavos de final del LXXVIII Campeonato Nacional de Galgos en Campo-Copa de SM El Rey, en los que una galga castellanoleonesa se situó en los cuartos de final.
Como resultado, al concluir la jornada, las galgas Tovala de San Blas, de la Federación Andaluza; Chalana de Mocejón, de Castilla y León; y Sana de Elviro, de Castilla La Mancha, consiguieron pasar a los cuartos de final.
La jornada había comenzado, como es costumbre, con el reconocimiento veterinario de los 16 galgos participantes en los octavos de final y su presentación ante la afición, a la espera de la disputa de la primera collera y, en consecuencia de los octavos de final.
Nervios y esperanza, en unos; y ambiente de diversión en otros, comenzaron a disiparse alrededor de las 12.30 horas, momento de una jornada soleada en el que los responsables técnicos conceptuaron que el el corredero ya era apto para comenzar las pruebas, tras la lluvia de los pasados días y la gélida noche precedente.
Tras comenzar la batida pudo observarse que las libres estaban dispersas y en modo alguno en el lugar donde eran esperadas, lo que propicio, en el corredero, un buen número de inútiles carreras a lo largo de la jornada, por no superar el tiempo que el reglamento estipula para las mismas; y un verdadero gentío en la carpa, desde donde, además de reponer fuerzas y calentar los cuerpos, podía verse en grandes pantallas el desarrollo de las carreras.
La primera collera enfrentó a la andaluza Tovala de San Blas, de con Esperanza de Ecija (Madrid), que se saldó con dos carreras, una de 2´03” y otra de 2’05”, favorables para la galga de la Federación Andaluza, desencadenándose la alegría entre los aficionados del sur de España y una cierta decepción de los madrileños, que habían cifrado sus esperanzas en la única galga que consiguieron situar en los octavos de final.
La segunda collera, entre María 4 de El Canto, de Castilla La Mancha; y Lebrija de Ferreira, de Extremadura, ofreció cuatro carreras nulas y una quinta, de 1’38”, con punto rojo.
La tercera collera, entre Chalana de Mocejón, de Castilla y León; y Mora de Cortijo de los Rosales, de Andalucía, ofreció una primera carrera de 1’03”, con punto rojo; una segunda nula y una larga tercera, de 2’44”, con punto rojo, lo que en habidas cuentas supuso la clasificación de la galga castellanoleonesa.
Toreto de Golfa, de Andalucía; y Sana de Elviro, de Castilla La Mancha, fueron los protagonistas de la cuarta collera, que, tras dos carreras, una de 1’40” y otra de 2´02’, situaron a la galga castellanomanchega en los cuartos de final.
La quinta collera configurada por Favorita de Maestro, de Castilla La Mancha; y Gilda de la Pituca, de Andalucía, dejó pendiente de dirimir el veredicto, al haberse desarrollado durante la jornada una primera carera nula y otra emocionante de 2’17” con punto rojo.
La sexta collera, entre Campera de Triki, de Castilla La Mancha y Ona de Calzada, de Castilla y León, sólo ofreció una carrera de 1´35” con punto blanco.
La séptima collera, entre Saeta de Maestro, de Castilla y León; y Azahar de El Casar de Escalona, de Andalucía, sólo ofreció en la primera jornada una carrera de 1´08” con punto blanco.
Finalmente, la octava collera, entre Giona de la Romera, de Castilla y León; y Envidiosa de Sevillana. de Andalucía, propició una única y larga carrera, de 2´42” con punto blanco.
Conlcuidas las carreras, el exclente ambiente de la carpa y del corredero se trasladó al centro de Nava del Rey, donde los hosteros hicieron su agosto en pleno enero, y donde el Ayuntamiento había progamado un concierto a cargo de Nolasco.
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