Redacción.- A través de un comunicado, Eduardo Marcos ha anunciado hace unos minutos que renuncia a su Acta de concejal en el Ayuntamiento, así como a la de diputado provincial. En el comunicado, Marcos explica lo siguiente:
«El premio Nobel de literatura Xingjian escribió: ‘se puede estrangular a un hombre, pero sea cual sea su debilidad, no se puede estrangular su dignidad’.
Cuando hace más de 12 meses fui invitado a participar en política, accedí con orgullo y con ilusión a trabajar por mis vecinos defendiendo unos ideales, un Partido y un modelo de sociedad. Mi decisión de participar en política siempre ha estado supeditada al consentimiento de las dos personas que más me importan: mi esposa y mi hija.
Acontecimientos ocurridos recientemente en el ámbito del más estricto círculo privado y la repercusión pública que los mismos han alcanzado, han hecho que algo haya cambiado. Es por ello que, con carácter irrevocable, procederé en las próximas horas a presentar mi renuncia al acta de concejal del Ayuntamiento de Medina del Campo y, por consiguiente también, al acta de diputado provincial.
Agradezco al Partido Popular, a los votantes y a todos los medinenses la confianza puesta en mí para poder trabajar estos meses por Medina y sus habitantes.
Agradezco las innumerables muestras de solidaridad recibida estos últimos días de tantos vecinos y vecinas.
Quiero agradecer también a mis compañeros concejales en el Ayuntamiento y a mis compañeros diputados provinciales, a nuestro Presidente de la Diputación, y por supuesto a ese gran equipo de personas que tanto me ha ayudado en el día a día, su apoyo en estos momentos y durante el tiempo que hemos trabajado juntos.
Agradezco, sobretodo, el inestimable cariño que me han demostrado los que verdaderamente pueden llamarse ‘mis amigos’, estando conmigo desde el principio y también ahora, en estos difíciles momentos.
Pido comprensión a quienes se sientan defraudados por esta decisión. Prometo que no ha sido fácil, pero ‘el valor no consiste en la bilis, ni en la sangre; consiste en la dignidad’ (I.M. Altamirano).
La dignidad personal y el deseo de quien constituye el eje central de mi familia hoy han de anteponerse a los deseos de servicio a los demás desde la política, más si cabe, cuando en política no hay nadie imprescindible».