Editorial

0

Y llegan las fiestas 

Un año más San Antolín está en puertas y el hormigueo recorre ya las piernas y los pies de los medinenses que se aprestan a vivir las celebraciones de las Ferias y Fiestas de la Villa, bailando, como no podía ser de otra manera “Los Novillos”.
Todos los medinenses residentes y también aquellos que un día se alejaron de Medina por razones laborales esperan ya la llegada del primero de septiembre para reunirse en la Plaza Mayor con motivo de ese momento especial en el que sonará el Himno Nacional mientras se “se sube”, que así se dice en Medina, la Bandera Nacional a lo más alto de la Colegiata, en medio de abrazos con amigos, envueltos en la eclosión festiva y sumidos también en la añoranza al recordar a aquellos que se fueron definitivamente de este mundo.
Esa mañana será de recorridos de bares y peñas, locales en los que unos recordarán sus tiempos mozos y aquellas juergas de antaño, mientras otros, los más jóvenes, vivirán con intensidad y a su aire el inicio las fiestas actuales, bailando y cantando. Luego, al caer la tarde, un buen número de medinenses se acercará a la Plaza Mayor para asistir a la proclamación de la Guardesa y sus Damas de Honor y al pregón festivo, mientas otros comenzarán ya una larga noche que no concluirá hasta la mañana siguiente con la llegada del primero de los encierros de novillos “al estilo de la Villa”.
Y es que algo hay en el alma del medinense que hace compatible la seriedad protocolaria con la diversión más absoluta tan pronto como los encierros están ahí, con su enorme atractivo y catalizadores de hermandad, porque a todos gustan, al margen de ideas, edades y extracción social.
Esa es la Medina de todos los tiempos, la que sabe divertirse, la que olvida por unos días todos los problemas cotidianos y la que despliega sus mesas generosas para saciar su apetito y colmar también el del visitante que se acerca a la villa con ganas de disfrutar de Medina y de la hospitalidad de sus gentes.
Lo demás llegará cuando llegue y como llegue, los encierros entrarán o se quedarán en los campos o en las calles, nutriendo todo tipo de comentarios que eso forma parte de la fiesta; pero por el momento clave y la ilusión festiva están ya ahí, a la vuelta de la esquina, esperando el estruendo de los morterazos, la “subida” de la Bandera y los acordes del Himno, a los que siempre se suman los ¡vivas! de rigor en honor del Patrón y de la Villa.
¡Felices fiestas!
La Voz de Medina y Comarca