“Qui prodest?”
“Qui prodest?”, en latín y en la jerga política actual, es el término que se utiliza para preguntarse, ante situaciones surrealistas, “a quién benefician” determinadas actitudes como las que pueden verse en el Pleno del Ayuntamiento de Medina del Campo cuando se asiste al mismo o, sencillamente, se ve a través de las pantallas televisivas.
Está claro que las actitudes que se aprecian en determinados políticos locales no benefician a Medina e incluso es dudoso que puedan granjear alguna simpatía o beneficio a quienes las protagonizan; pero no sería correcto censurar algunos comportamientos sin profundizar en el análisis de su génesis.
El origen de los males, de todos y más en este caso, quizás se encuentre en el rencor o en las expectativas no colmadas. Por tal motivo, el Partido Popular, con una plantilla completamente nueva de concejales, sin resabios ni rencores, parece que se ha orientado a hacer la oposición, a la que le destinaron las urnas, de forma constructiva y aparentemente sin ningún problema, salvo algunas singularidades que presumiblemente se irán puliendo con el paso del tiempo.
Gana Medina se encuentra en una situación completamente distinta, ya que, tras no alcanzar un pacto de Gobierno y no ver colmadas las aspiraciones de poder del alguno de sus componentes, se ha lanzado por unos derroteros que de poco sirven y nada aportan ni a la imagen de Medina ni a la formación política que los sustenta.
Con actitud similar a la de algún edil de Gana Medina, aunque con más complejidad, se suma la del único concejal del Candidatura Independiente que, desechado en épocas por el Partido Popular y repleto de rencores hacia éste y hacia el Partido Socialista, se imbuye en protagonismos verbales que ni a Medina ni a él mismo benefician, llegando incluso a votar todos los temas que se plantean en el Pleno de igual manera que Gana Medina. Es la “pinza”, estéril en los nuevos tiempos, que protagonizaron los ya períclitos Aznar y Anguita.
Pese a todo, Medina espera que, con independencia de sus posiciones, criterios y votos, los que son sus representantes en el Ayuntamiento se vayan centrando conforme avance el tiempo, vayan dando seriedad a los Plenarios, al tiempo que se dignifican a ellos mismos; y olviden de una vez por todas el pasado para embarcarse en el futuro ilusionante que los medinenses esperan para la villa de la mano de sus concejales.
La Voz de Medina y Comarca