Editorial

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La hora de la verdad

“La Voz de Medina y Comarca” adelanta esta semana su edición a hoy viernes, como es tradición cuando llegan los comicios locales, regionales, nacionales o europeos, para cumplir estrictamente, por ser semanario, con los criterios de respeto debido a la normativa electoral que impone el sábado como jornada de reflexión.
Tal decisión, no motivada por la línea editorial del semanario, siempre respetuosa para no intentar inclinar la balanza de los votos a uno u otro partido, es obligada precisamente para que las formaciones políticas puedan pedir el voto en la manera que a su  saber y entender crean conveniente.
Eso sí, garantizada la neutralidad y observada la Norma legal, es necesario decir que la emisión del voto, no obligatoria en España, es un deber ciudadano que otorga, ademas de Alcaldías y Concejalías, Consejerías y Presidencias de Comunidades a los candidatos, el derecho a ejercer la ciudadanía que constitucionalmente tienen los españoles.
El voto es un bien preciado que quienes lo poseen muchas veces no lo valoran y quienes carecen de tal derecho lo anhelan y lo piden. Por ello, una vez silenciadas las voces de los oradores que han participado en la campaña electoral, llega el momento de la palabra de los ciudadanos, emitida por cada uno de una manera sencilla, en un modesto papel que, unido al del resto de la ciudadanía, manda el mensaje inapelable, unas veces claro, cuando hay mayorías, y otras de forma más tenue, cuando no las hay, sobre quién ha de gobernar un municipio o una comunidad autónoma, bien sea en solitario, bien por quien sea capaz de articular una mayoría.
Por eso, cuando llega cualquier elección, quizás sea un tópico decirlo, la ciudadanía celebra la mayor de cuantas fiestas pueda festejar, la de la democracia que tanto costó implantar en España.
Es por tanto llegado el momento de ejercer, el domingo, el derecho constitucional a elegir a los representantes de los ciudadanos, participando en las elecciones, con votos a favor de unos, de otros, en blanco y hasta nulos. Hay una quinta posibilidad, la de no concurrir a las urnas, esa que, además de privar al votante de premiar o castigar a los políticos, le resta el poder de decisión colectiva.
La suerte está ya casi echada, los programas leídos, las simpatías a punto de emitirse y sólo falta decir el tradicional “que gane el que lo merezca”, con la convicción de que gane quien gane, en Medina y en cualquier otra circunscripción, tienen cabida todos los ciudadanos, que eso es la democracia.
La Voz de Medina y Comarca