Editorial

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Acusica
Los acontecimientos acaecidos esta semana nos han devuelto a aquellos primeros años de colegio, donde siempre existía el típico niño al que todos le llamábamos el acusica. Su función parecía no ser otra que, cuando entraba la profesora, chivarse: “Pepito ha estado hablando en clase”, “Manolito ha tirado un papel al suelo”; por lógica, Pepito respondía: “pues por chivato ahora le digo a la profe que tú ayer no hiciste los deberes”.
Aunque suene a risa, eso es lo que parecen algunas personas que han aparecido en los medios de comunicación esta semana: de un lado un funcionario del Ayuntamiento denunciando que algún compañero no había trabajado las horas que debía y, por otro lado, respondiéndole uno de los acusados con la misma moneda, añadiendo una propina de temas estrictamente personales.
Pero, ¿por qué extraña razón piensan ambos que esto nos interesa a los medinenses? Si alguien tiene que denunciar a un compañero, que utilice los caminos reglamentarios, y si cree que es susceptible de otro tipo de denuncia, que se cruce directamente a los juzgados. ¿Qué sentido tiene utilizar los medios de comunicación para guerras personales? Sólo se nos ocurre una: que más allá de intentar solucionar o regular el problema, lo que pretenden es buscar resquicios en su trabajo para hacer daño personal.
Dicen que el odio es como tomar veneno y esperar que el otro se muera, lo único que han recogido los protagonistas de este bochornoso espectáculo es la pérdida de credibilidad, más por sus propias ruedas de prensa que por la de sus enemigos.
Pero para que exista un circo como éste, se necesitan otros actores de reparto que, aunque pasan desapercibidos en un principio, no dejan de tener su parte de culpa. Por un lado, los sindicatos, porque cuando alguien quiere hacer una guerra individual no puede ampararse en las siglas de un sindicato: si existen irregularidades, lo lógico es que salga el secretario general del sindicato en Medina para denunciarlo -además el cuerpo de Policía Local, últimamente está más interesado en salir en los medios de comunicación que en su labor diaria-. Por el otro bando, el utilizar cargos del Ayuntamiento para enterarse de cuestiones que luego se utilizan como arma arrojadiza no es de recibo, hay que aplicar las mismas recetas: si algo existe que es irregular, pues existen fórmulas para denunciarlo o regularizarlo.
También los medios de comunicación deberíamos reflexionar si acudir a ruedas de prensa donde se lanzan un montón de “a lo mejor”, “puede que”, teniendo la sensación de que nos estamos convirtiendo más en transmisores de rumores que de noticias confirmadas. Y lo que es seguro es que, más allá del morbo de la pelea, no le interesa a nadie.
Esperemos que esto no se repita mucho y, sin ánimo de dar consejos, lo que deberían pensar es que si son capaces de aportar algo para los medinenses que lo hagan, de lo contrario que se aparten y vuelvan a sus rutinas habituales. Bastantes escándalos reales se están descubriendo todos los días como para encima tener que aguantar a los acusicas de turno.
La Voz de Medina y Comarca