Editorial

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Personas o ideas
Hoy se celebran los comicios que decidirán el futuro del Partido Socialista en Castilla y León, unas elecciones que pretenden cerrar las heridas abiertas dentro de la formación y que nos han deparado un espectáculo lamentable durante estos años, una constatación más de que las famosas bicefalias no sólo no funcionan en ningún partido, sino que se convierten en el detonante de guerras infructuosas que tratan más de intereses personales y de aspiraciones de cargos que de propuestas para los ciudadanos. Por primera vez son los militantes con su voto directo los que decidirán el futuro de su partido, en un ejercicio democrático que esperemos cunda en el resto de las formaciones, y nos olvidemos de las viejas fórmulas de los compromisarios que encierran más favores e intereses de cargos que voluntad de los militantes.
No dudo de que haya existido un trabajo de oposición durante estos años como se empeñan en defender sus procuradores en las Cortes, pero de ser así los ciudadanos seguimos sin visualizar cuál es el proyecto que nos proponen para nuestra región. Los aspirantes, dos personas de esta tierra, un burgalés y un palentino, que tienen su trabajo en la política nacional, se han esforzado en recorrer las distintas agrupaciones socialistas de nuestra comunidad intentando convencer de que son la solución para cerrar las heridas abiertas, aunque con dos perfiles totalmente distintos: Julio Villarrubia fue parte de esa guerra abierta con el ex-portavoz Oscar López y que nos dejó perlas tan anecdóticas como que uno pactara la reordenación del territorio con el Partido Popular cuando el otro se había mostrado en contra; y Luis Tudanca, el joven valor que lleva como bandera la reunificación del partido, pero que tiene que demostrar que tiene identidad propia y no es el sucesor de nadie. En el discurso de ambos pocas diferencias de ideas y de programa, con lo que el debate se ha centrado en decidir quien es más capaz de tomar el testigo de un reto que se vislumbra prácticamente imposible.
Algo que no se nos escapa a nadie es que el ganador de estos comicios será el cabeza de lista que “dispute” la presidencia de la comunidad al candidato del Partido Popular, algo que en estos momentos, a tenor de las encuestas, resulta prácticamente imposible por la falta de tiempo que le impedirá al ganador demostrar a los ciudadanos que algo ha cambiado en el seno del partido y que el foco de atención pasa del ombligo de sus procuradores a los problemas de nuestros vecinos. Esperemos que este sábado sea definitivamente el fin de una guerra interna, porque esta región no sólo necesita un gobierno fuerte, sino también una oposición exigente que sea capaz de fiscalizar la política de gobierno.
La Voz de Medina y Comarca