Editorial

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Teatro Olimpia
A lo largo de los últimos días han aparecido determinadas informaciones que, con o sin justificación, hablan de una futura venta del Teatro Olimpia, un inmueble municipal tras su adquisición por parte del Gobierno que presidió Martín Pascual.
No es momento de entrar en lo que costó dicha operación inmobiliaria, obsesiva por otra parte ya que en los diversos gobiernos locales que presidió Martín Pascual, e incluso en otros en los que era mera oposición, ya hablaba de los intereses de la villa en adquirir dicho teatro, perteneciente entonces a los herederos de don Clemente Fernández de la Devesa, propietario que fue de la banca de Medina.
Quizás tampoco sea momento de hablar del presupuesto que se estipuló para la rehabilitación de dicho teatro, que nunca llegó a ejecutarse, valorada en 4.064.000 euros, que iban a financiarse a través de aquel famoso 1% Cultural que nunca llegó a Medina, a pesar de gobernar tanto la villa como España el mismo partido de don Crescencio Martín Pascual.
Si la cantidad llegó o no es algo dudoso, ya que en aquel entonces se devolvieron determinadas subvenciones del 1% Cultural tanto relativas al Palacio de Quintanilla como al propio Teatro Olimpia. Eso sí, dinero se gastó en un remozado de cara del teatro y tanto en el proyecto de rehabilitación de éste como en el del propio Palacio de Quintanilla; proyectos técnicos que ya no se sabe ni dónde están ni para qué sirvieron y que entre ambos sumaron una cifra aproximada de unos 400.000 euros.
Sí es de relieve, y gracias a dios hoy no se procesa a los políticos por la mala gestión, la compra del Teatro Olimpia cuando Medina se encontraba en plena construcción del actual Auditorio, con el pretexto de que sería utilísimo para el desarrollo de la Semana de Cine.
Todo esto evidencia el despilfarro que se produjo en unos años en los que Medina, en pleno boom urbanístico, tiraba la casa por la ventana y no eran precisamente los medinenses, sino la institución que gobernaba a los mismos: el Ayuntamiento.
Aún colean otros temas de aquel despilfarro, todos porque se pagaron -ya sean dobles facturas o Centro de Interpretación de las Aves, que nunca se inauguró- y otros pendientes de resolución en los Juzgados; y en todos los casos verdaderas losas que aún pesan sobre las finanzas municipales a consecuencia de la arbitrariedad, la dejadez y la inoperancia de algunos políticos que, ya casi retirados por las urnas, vuelven a postularse como soluciones de futuro.
La Voz de Medina y Comarca