Editorial

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¿Interés por Europa?
Con motivo de la llegada de las Elecciones Europeas, no está de más preguntarse si la llamada clase política tiene realmente interés por Europa y por los propios comicios.
Está claro que Europa , en pura lógica, interesa a todos los ciudadanos, porque en ella y en en sus instituciones se dirime cada vez más el futuro de todos. Ahora, de ahí a que la clase política, de forma generalizada, tenga interés por Europa va un buen trecho.
Y es que, al margen de los escaños que se adjudiquen con motivo de los comicios, hay ya una serie de puestos que ocupa la clase política casi sin necesidad de elección alguna, ya que a los mismos se accede por delegación de los propios países a los que pertenecen y, en muchos casos, por reparto de cuotas de poder. Son las grandes instituciones europeas y la banca oficial, en las que los ahora llamados “mercados”, antes grupos de poder, ya se han repartido el correspondiente alijo clocando a sus testaferros.
De ahí que determinados partidos políticos muestren poco interés por los comicios que se avecinan, ya que tienen situados convenientemente a sus peones, sin necesidad de pasar por el cedazo de las urnas.
Tampoco interesa Europa a determinadas formaciones, simple y llanamente porque si Europa fuese real, con una verdadera unidad de destino y de decisión, ellos se verían obligados a ceder parte del poder nacional que les resta.
El problema es creer en Europa, estar dispuestos a hacer que la misma avance en su unión; no buscar en ella un subterfugio para hacer una política neoliberal sin dar la cara; y buscar las soluciones que realmente espera la ciudadanía europea, que no es lo mismo que la suma de la alemana, la francesa y las demás.
No ha dejado de llamar la atención la prontitud con que se han realizado “recortes” en nombre de exigencias europeas, mientras que para aplicar tasas a las operaciones bancarias ya no se habla de 2015 sino de 2016, con lo que tal retraso supondrá de deterioro para la economía de los países del sur. Prueba de la falta de interés de la clase política por las elecciones, que todos los partidos ganarán, según es costumbre en sus análisis posteriores de resultados, es la campaña de “baja intensidad” que desarrollan, muy distinta a esas que siempre llegan de la mano de los comicios nacionales y locales, donde a todos, ahí sí, les va el futuro personal.
La Voz de Medina y Comarca