Editorial

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Aroma  de Renacimiento 
Cuando aún no ha terminado el “empacho” de Arte renacentista, que supone la presencia de las pequeñas imágenes de la Procesión de la Vera Cruz en las calles de Medina del Campo, vecinos y visitantes se aprestan a disfrutar de los trabajos imagineros de la misma época, y gran tamaño, que llegarán hoy de la mano de la Procesión del Silencio.
Y es que ver procesionar en las calles al Lignum Crucis, al Cristo Orante, al Jesús Flagelado, al Ecce Homo, al Nazareno de la Cruz, a la Virgen de la Amargura, al gótico Cristo de Santa Clara y al Yacente de la Vera Cruz hizo que quien se acercase ayer a Medina para ver tal procesión, encontrase más que justificada la Declaración de Interés Turístico Internacional de que disfruta su Semana Santa.
Pero aún hay más, ya que esta noche de Viernes Santo depara la presencia en las calles medinenses de la gran imaginería, la más llamativa y la más renacentista, por procesional, que será capaz de satisfacer a los amantes dicho estilo y de levantar la pasión de cuantos, creyentes o no, sean amantes del Arte.  Ahí estarán la Oración del Huerto, el  “Atado a la Columna”, Jesús Nazareno, el Cristo de la Agonía, el Calvario de Santo Tomás, el Cristo de la Paz, la Patrona y Alcaldesa Perpetua, Nuestra Señora de las Angustias; el Cristo Yacente, el  Santo Sepulcro y esa imagen, también de gran predicamento en Medina, que es Nuestra Señora de la Soledad.
Tal conjunto es el Renacimiento en pleno y en las calles, complementado por otros pasos que suplen las ausencias de algunos momentos de la Pasión de Cristo. Unas veces porque las esculturas  tradicionales se trasladaron a Museos de gran renombre, caso del Descendimiento de San Miguel, obra de Picardo; y otras, simple y llanamente porque sí.
Pero al margen de estos hechos, además de por la imaginería de primera magnitud, la Semana Santa medinense obtuvo su Declaración Internacional por algo más, algo tan sencillo como la labor callada de una Junta de Semana Santa que peleó el tema durante muchos años, obteniendo primero otros certificados; y por la labor de todo un pueblo que supo estar al lado de su Semana Santa, cuando la misma era, quizás, menos altisonante que la actual.
Que las innovaciones sean bienvenidas, pero con ellas no desvirtuemos la esencia de aquello que tenemos, nuestras procesiones y su espíritu, para garantizarlas un futuro lleno de éxitos y devoción.
 La Voz de Medina y Comarca