Editorial

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La mejor cosecha
Siempre se ha dicho que “no hay mejor cosecha que la que no se siembra”, sentencia que bien puede transformarse en Medina del Campo en “no hay mejor rotonda que la que no se adjudica”.
Y es que, según se va teniendo acceso a las declaraciones que ex miembros de la anterior Junta de Gobierno Local y empresarios que tuvieron participación en las obras del ya conocido como “Caso Rotonda”, la perplejidad ciudadana es más grande que nunca.
Hace ya un par de meses, el representante de la empresa Construcciones Hermanos Sastre aseguró en el Juzgado de Medina del Campo que dicha empresa no había ejecutado todas las obras de la rotonda en cuestión; lo que no fue obstáculo para que presentase la factura por la totalidad de las obras y, para inri, la cobrase.
Además, por supuesto que habrá pagado a la empresa que había realizado ya una parte de dichas obras, la medinense Enricar, Conhersa se había repartido con ésta los trabajos a realizar, de forma previa, y para el supuesto caso de que la adjudicación se realizase a su favor.
Todo esto viene a evidenciar la nefasta administración, en el mejor de los casos, que mantuvo durante años el que fuera alcalde de Medina del Campo, Crescencio Martín Pascual; cuyas prácticas, tanto en este caso como en el de “la doble factura” de la Residencia y en otros muchos, dejan mucho que desear.
Pero la situación no termina ahí, ya que de las declaraciones de algunos ex miembros de aquella Junta de Gobierno se va desprendiendo que Martín Pascual convirtió el Ayuntamiento en un reino de taifas, en el que las diversas concejalías hacían lo que les venía en gana y la Junta de Gobierno se dedicaba a ratificar lo que el concejal de turno proponía dentro de su área. De no ser así, no se explica que los ediles recibieran el Orden del Día de las Juntas de Gobierno a la entrada de las sesiones, sin tener tiempo para estudiar los temas.
En breves días concluirán las declaraciones en los juzgados y el titular del que entiende en la materia, con todos los respetos, tendrá una difícil labor que realizar para ver hacia dónde encamina el caso, ya que entre contradicciones de los declarantes, expectativas de negocio que no se adjudicaron pero se hicieron y amnesias de algunos de los miembros de la antigua Junta de Gobierno, la situación se ha convertido, y nunca mejor dicho, en un charco de ranas, reflejo de un Ayuntamiento de otra época, que Medina no merecía.
La Voz de Medina y Comarca