Editorial

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Corrupción y políticos
“Si non è vero, è ben trovato” dice una de las máximas sentencias italianas, adoptada por todos los países occidentales al margen de la lengua que hablen sus habitantes, para indicar que un aserto que bien puede no ser del todo cierto está sobradamente justificado. Es en definitiva un sofisma tan veraz como pueda ser la interpretación susceptible de hacerse de unos datos que indican que la corrupción y la clase política son, en orden de prioridad, la segunda y cuarta de las preocupaciones que tienen los españoles.
Y es que nadie va a discutir que el paro sea la primera y los problemas económicos la tercera de las preocupaciones de los habitantes de la “Piel de Toro”, según han arrojado los resultados del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de diciembre.
Y todo porque si se suman los porcentajes de la preocupación por el paro y los problemas económicos, el resultado es, con un 96,7%, la  zozobra  más relevante de los españoles, aunque con matices, ya que dichos datos descienden en el índice de congojas con respecto al mes de noviembre.
Como contrapunto, en el barómetro del CIS suben dos “comecome” morales,  que no son otros que la corrupción, que incrementándose en un 6% con respecto a noviembre, alcanzó en diciembre una cuota del 37,6 del insomnio de los españoles; y la clase política que, con un 26,2%, se situó como cuarta preocupación.
Y si la suma del paro y la economía pueden adicionarse para conocer el estado calamitoso del ánimo de todo un pueblo, nadie puede negar el derecho a la corrupción y a la clase política a erigirse en sumandos, lo que arrojaría un resultado del 63,8% de la cuota de preocupación de los ciudadanos.
Ahí es nada y “si non è vero” tampoco tiene por qué estar “mal trovato”, ya que la suma de ambas preocupaciones es directamente proporcional a los escándalos del partido político que gobierna España – léase Bárcenas, Fabra, Mato y Matas, escondido éste en un subterfugio para no estar ya en cárcel – a los ERES de Andalucía, a los manejos de algún pájaro banquero y a los presumidos del consorte de la séptima en la sucesión a la Corona de España.
En definitiva, una segunda preocupación para los españoles que tiene un remedio que para sí quisieran el paro y la penuria económica. Sólo falta la voluntad política para erradicar la misma.
La Voz de Medina y Comarca