Redacción.- Ante el estupor de los propietarios de la conocida discoteca “Troya” de Medina del Campo, un olmedano de 47 años de edad, que responde a las iniciales R.G,, “pernoctó” en el interior de la misma desde las 06.45 horas del comingo hasta las 20.00 horas de la misma jornada.
Según uno de los propietarios, en compañía de dos camareros de servicio, alertaron del cierre de la discoteca a las 06.30 horas, encendiendo las luces de rigor y revisando, “como es costumbre”, la sala y los servicios de uno en uno, “ya que los mismos carecen sensor para su iluminación”, continuando después los trabajos de recogida de vasos y aprovisionamiento de cámaras, dejando, según es habitual, la verja a medio bajar y las puertas semiabiertas con el fin de airear las instalaciones. Bien pudo see en esos momentos, en los que “nos encontrábamos en el almacén, cuando R.G. se introdujo en el local”, aseguró uno de los propietarios.
Alrededor de las ocho de la tarde, una camarera de un establecimiento cercano oyó golpes en la puerta, por la parte de dentro; y cuado los propietarios se acercaron a la discoteca, pocos minutos después, ya se encontraba en la misma una dotación de Policía y una ambulancia, ya que “el intruso”, al parecer y presumiblemente en tratamiento antiepilepsia, no había tomado la medicación prescrita, y presentaba una contusión en la cabeza, presubiblemente imputable al golpe que habría recibido en la misma como consecuencia de una caída, ignorándose si la misma tuvo que ver con su adormecimiento en la discoteca o se produjo con posterioridad.
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