Los copatronos, en crisis
Todos los municipios de España tienen un patrón principal, en el caso de Medina del Campo San Antolín; y otro, sin desdoro ningún santo o santa por el calificativo, secundario. En la “Villa de las Ferias”, San Antonio de Padua.
Los llamados patronos principales fueron siempre y aún lo son, en el medio rural, los preferidos, porque sus onomásticas suelen coincidir casi siempre con la finalización de las labores del campo; mientras que los “secundarios” siempre han estado vinculados a fechas invernales o a acontecimientos y eventos de reuniones comarcales. Tal es el caso de San Antonio, en Medina del Campo; San Miguelillo, en Olmedo y otros muchos, de cuya mano llegaron siempre ferias de carácter comercial, adornadas de una programación capaz de atraer a los ciudadanos de los municipios vecinos, al margen de que concurrieran o no para cerrar operaciones comerciales.
La Feria de San Antonio, en el siglo XIX, y en el primer tercio del XX, además de en los primeros años de la democracia, tuvo su momento de esplendor, vinculada al mundo de la ganadería e incluso a las hoy casi desaparecidas ferias de muestras.
Pero los tiempos han cambiado en un mundo global en el que las exposiciones de cualquier maquinaria agrícola o subastas de ganado son mucho más representativas que cualquier feria. Y si no, que se lo pregunten a la en otras épocas gloriosa Feria de Muestras de Valladolid.
A la crisis de las ferias, por la competencia de las grandes exposiciones, se ha unido en los últimos años la crisis económica, de cuya mano ha llegado la decadencia casi total, por no decir la presencia testimonial, de las celebraciones de los copatronos, que han visto cómo, poco a poco, han ido desapareciendo las programaciones de fastos que llegaban de sus manos, para relegarse su onomásticas, con toda la dignidad del mundo, a la celebración de una misa en su honor, una procesión y muy poco más.
Y es que sería impensable, “con la que está cayendo”, que los Ayuntamientos, con verdaderas dificultades para costear las fiestas principales, dispendiasen los escasos recursos con que cuentan para elaborar programaciones en las celebraciones secundarias, llamadas sabiamente por los mayores “Ferias chicas”. Y Medina, que no podía quedar al margen de la corriente actual, celebró, sin pena ni gloria, pero con cariño, la fiesta de su copatrón San Antonio, a la espera de tiempos mejores.
La Voz de Medina y Comarca