Editorial

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¿El fin del ridículo?
Algo parece estar cambiando en el Partido Popular de Medina del Campo, al menos por lo que se ve en la expresión del voto en las Sesiones Plenarias de Ayuntamiento – las intervenciones de alguno de sus concejales son harina de otro costal – que hace pensar que el principio de coherencia empieza a aflorar en sus concejales, disipando, al menos parcialmente, el ridículo tan espantoso que hasta hace poco hacía enrojecer a propios y extraños.
“Para muestra, con un botón basta”, dice el refrán, y hubo más de alguna votación en la última Sesión Plenaria, que indujo a pensar que la razón, ésa que no tiene más que un camino, hizo su aparición en las manos alzadas de los ediles del PP, unas veces para asentir y otras para inhibirse del tema a aprobar.
Ejemplo de lo dicho fue, en la sesión del lunes, el apoyo de los populares a la aprobación de un expediente de reconocimiento extrajudicial de deuda, rechazado en la anterior sesión con sus votos, para hacer posible el pago del Ayuntamiento de Medina del Campo a la Mancomunidad que gobiernan los propios populares, y a otros proveedores con los que el antiguo Gobierno del PP contrajo las mismas. Una contradicción que los ediles del PP remediaron, quizás porque les hayan puesto como “chupa de dómine” desde otras instituciones, quizás por haberse informado de que el enriquecimiento ilícito de una institución por impago puede ser delictivo.
Pero poco dura la alegría del electorado cuando sus representantes están en la   oposición y, de nuevo, la falta de pericia de los ediles del PP hizo su aparición en los apartados destinados a la rebaja de impuestos y tasas, destinada a generar empleo y puestos de trabajo, que quedará reflejada en los anales locales con la abstención de   los ediles del PP, en base a una firmeza, nacida de una moralina períclita, que les hace decir “no”, cuando su propio partido, a nivel Estatal, asegura que adoptará rebajas de impuestos cuando pueda, precisamente para generar empleo.
Pero el no va más, por no decir el “Inri”, volvió al negarse el PP a apoyar la petición de un informe al Consejo Consultivo de Castilla y León, para dilucidar de una vez por todas si la adjudicación de la guardería fue o no legal, obviando que, aunque sea un mero trámite administrativo, se cercena uno de los instrumentos que, a fecha de hoy, tienen los Ayuntamientos para tener constancia de la legalidad de sus actuaciones, en una época en la que lo más apreciado por los ciudadanos es la transparencia.
La Voz de Medina y Comarca