Editorial

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Museo de las Ferias
Aún en tiempos de crisis, la Fundación Museo de las Ferias y más concretamente su principal Patrono, el Ayuntamiento de Medina del Campo, ha optado por sacar adelante la segunda ampliación del mismo para dotarle de elementos tan básicos como  una pequeña sala de conferencias y exposiciones, indispensable para el normal funcionamiento del museo, amén de, y poco más, un espacio capaz de albergar, en unos pocos metros cuadrados, el Archivo Histórico del Ayuntamiento hasta el año 1969.
De esta forma, nadie ha de dudarlo, se facilitará la labor de investigación sobre la historia de Medina del Campo, siempre tan necesitada de manos expertas y especializadas que, amén de compilar datos, ofrezcan los análisis imprescindibles para que “la historia” se eleve a categoría de Historia, algo difícil cuando se trata de un municipio.
Pero como Medina del Campo ha sido a lo largo de los siglos parte de la gran historia, la misma podrá abordarse, en aspectos quizás hasta hace poco inusitados, merced a los nuevos espacios con que se ha dotado al Mueso de las Ferias para la investigación.
Prueba de ello y no tardando mucho, sus  instalaciones serán testigos de unas interesantes jornadas sobre la Mesta, de la que Medina dispone de una amplia documentación.
Naturalmente que, como se trata del archivo municipal nadie espere encontrar en las nuevas dependencias el archivo histórico del banquero Simón Ruiz; pero como las vías telemáticas ofrecen todo tipo de facilidades, no tardará en abordarse la digitalización del mismo, enlazado con las universidades de aquella plazas en las que el ilustre banquero mantenía sus corresponsalías. Y hoy, a igual que entonces en lo atingente a pagos, el epicentro del estudio de la letra de cambio y del comercio de la época, bien  puede situarse en Medina del Campo, con la gloria, no exenta del trabajo que puede generar la investigación, que habrá de llegar, por necesidad, de colaboraciones tan interesantes como la que ofrece otro de los Patronos de la Fundación, la Universidad de Valladolid que, no en vano, ya cuenta con la cátedra bautizada con el nombre de “Simón Ruiz”.
Pero ésto sólo son contingencias elevadas ya a la categoría de certeza, que deberán complementarse, y ahí está la documentación esperando con los brazos abiertos a quien quiera y sepa manejarla, para abordar otro tipo de estudios no tan del pasado sino de épocas más recientes, entre las que la Sanidad rural, el Ferrocarril o la “reordenación del territorio agrario” – Concentración Parcelaria – son aún asignaturas pendientes para los historiadores locales.
Los medios están ahí, expuestos, y el resultado, como siempre, dependerá del trabajo de los investigadores.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA