Editorial

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Policía Local
Los ahorros realizados por el Ayuntamiento en el pago de gratificaciones y horas extras a personal, que redondeando pueden cuanticarse en  150.000  euros, no parecen haber sido del agrado de todos los funcionarios. Algo que, en los tiempos que corren, va, a ciencia cierta, en contra del principio de solidaridad. Y es que tal ahorro, que ha hecho factible la contratación de varias personas extrayéndolas de la situación de desempleo, es importante a efectos de evitar un posible Expediente de Regulación de Empleo (ERE), ahora más que nunca facilitado por la Legislación Nacional que permite, en el caso de una caída superior al diez por ciento de la recaudación del erario, poner en funcionamiento el temido instrumento regulador.
De todo esto parece no haberse dado cuenta, de forma notoria, un sector de la Policía Municipal que reivindica, según se ha desprendido de la rueda de prensa ofrecida por el concejal-delegado de Personal, Julián Rodríguez Santiago, una serie de horas extraordinarias no abonadas a uno de sus afiliados, así como la supresión de los actos lúdico-festivos de la Virgen del Perpetuo Socorro, según ellos, Patrona del Cuerpo.
Frente a la postura racional a todas luces del Ayuntamiento para evitar gastos innecesarios y reordenar los servicios, se ha suscitado una polémica por parte de un sindicato policial, que amenaza con determinadas medidas al concejal delegado por las declaraciones vertidas en algunos medios de comunicación, olvidando que con esta actitud de enfrentamiento la primera perjudicada es la imagen de la Policía Local, encomiable en su conjunto.
De ser ciertas las afirmaciones de Rodríguez Santiago, está claro que quienes anuncian una denuncia contra él deberían tener en cuenta, al menos, los ahorros de productividad de 500 euros al mes por el simple apeo de una moto de uno de los agentes que muestra su cuita; además de la reordenación realizada del servicio que permitirá tener una mayor presencia policial en las calles de la villa sin dispendios.
Sobre presuntos “traspasos” de una “línea roja” que podría haber esgrimido Rodríguez Santiago, la situación no va más allá del mero respeto que la Policía Local, o alguno de sus agentes, debería tener en el trato con los ciudadanos y sus representantes; y, en cuanto a las celebraciones de la festividad de la Policía Municipal, no estaría de más recordar que los funcionarios municipales tienen una única Patrona, Santa Rita, y lo demás no dejan de ser émulos de otros Cuerpos que tienen encomendadas otras tareas muy distintas a las que emanan de la subsidiariedad y de la vigilancia del cumplimiento de las Ordenanzas Municipales, esencia básica de la existencia de la Policía Local.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA