Editorial

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Amores que matan
Hubo una época en que “hacer la pinza” era un término que se aplicaba a la forma de hacer oposición, de manera conjunta, premeditada, sin medir las consecuencias y con la máxima de “caiga quien caiga”, por parte de la formación tradicional de la derecha española, en los últimos años bajo el nombre de Partido Popular, y la ahora denominada agrupación de izquierdas, antes Partido Comunista, cuando lideraba éste Anguita y aquél Aznar, para hacer la vida imposible al presidente del Gobierno, Felipe González.
Pues bien, la “pinza” parece que vuelve ahora en Medina del Campo, sin medir sus consecuencias, cuando Izquierda Unida, con aspiraciones de crecimiento y encabezada por Francisco de la Rosa; y el PP, en clave de descenso por capitanearlo alguien que fue y ya no es, suman sus votos para rechazar un acuerdo beneficioso entre la empresa suministradora de agua, Aqualia, y el Ayuntamiento, que costará a los medinenses, a mayores de lo previsto, 50.000 euros. Es decir, 250 euros “per capita” medinense.
Y es que como consecuencia de un desequilibrio financiero producido en los dos últimos años, la empresa, según la costumbre adquirida a tenor de las bases de adjudicación del concurso, reclamaba 150.000 euros. Posteriormente y tras una afinada valoración de los técnicos, dicha cantidad se redujo a menos de la mitad y, tras una negociación mantenida entre la Alcaldía y dicha empresa, la cuantía había quedado fijada, de forma definitiva, en 21.000 euros. Eso sí, para llegar a esto era necesaria la aprobación del Pleno.
Pero tal visto bueno no se produjo ya que IU quiso atornillar la situación para hacer que la empresa cumpla algunos aspectos del contrato, que al parecer brillan por su ausencia. Tal situación parece lógica aunque como ahora se dice, en el Pleno “no tocaba”.
Tal vicisitud fue aprovechada por el PP para “hacer la pinza”, a pesar de que los Gobiernos de Martín Pascual han aprobado este tipo de asuntos en reiteradas ocasiones, con lo que aparentemente la tarifa del agua no subirá el año que viene, teniendo que destinar el Ayuntamiento cantidades procedentes de otras partidas para satisfacer el pago, a la espera de, si no se autoriza el mismo en los Presupuestos, tener que soportar una reclamación judicial por el importe, posiblemente de toda la deuda, por parte de Aqualia.
Que a esta situación haya llegado una inexperta IU puede tener una explicación y hasta una justificación si quiere que el Ayuntamiento gire hacia la izquierda; pero que lo haga un PP, encabezado por un hombre con la experiencia de Martín Pascual, carece de cualquier tipo de razonamiento lógico e induce a pensar que la política municipal o, en su defecto alguno de sus máximos representantes, requiere al menos un tratamiento de cura de humildad.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA