Editorial

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Liquidación de una época
A veces es difícil, cuando una Corporación nueva se estrena, liquidar los hechos que realizó la anterior, de forma especial cuando quien presidió la misma había permanecido en el poder durante doce años, con los vicios administrativos que tan prolongado espacio de tiempo siempre conlleva.
Un ejemplo del anterior aserto son las dificultades por las que atraviesa el Gobierno municipal de Teresa López para liquidar la etapa negra de Martín Pascual, cuando las facturas, en muchos casos extrañas, no terminan de aparecer.
Ya no se trata de problemas de la Residencia de la Tercera Edad, ni de sus dobles facturas, ni de las adjudicaciones que en su día se realizaron, ratas con el paso del tiempo a efectos constructivos, sino de asuntos mucho más cotidianos y que ponen en solfa y entredicho la gestión de Martín Pascual al frente del Ayuntamiento, con independencia de quiénes fueran los concejales que, en unos y otros momentos, le acompañaron en la aventura.
Ahora aparecen, según denunció el concejal de Hacienda, Jesús Hernando Cáceres, otras facturas por importe total de 159.331 euros, en muchos casos, sin ningún tipo de reconocimiento real, sin saber cómo se generaron y sin respaldo de las adecuadas firmas, evidenciando que no sólo fue Martín Pascual el autor de los entuertos, sino también los últimos eslabones de la “peña” que le acompañó en el Ayuntamiento. Y es que, que un secretario particular haya llegado, al parecer, a firmar la conformidad de facturas denota o una dejadez absoluta en el titular de la Alcaldía, siempre apresurado por el tiempo para atender otros menesteres, o la arrogancia de quien no pasó de ser un mero escribiente del tres al cuarto, sin otro atributo de facultades que la mera confianza de quien gobernó.
Telefonía por más de 22.000 euros, además de las llamadas a Rappel que ya se reconocieron; minutas que se remontan al año 2006 y que ahora o son reclamadas o aparecen en un cajón cualquiera menos en el de Intervención; pretensiones de pago de medios de comunicación que bien pudieron haber encubierto, en publicidad, la proyección de la imagen de aquel alcalde que un día gobernó Medina, son sólo algunos de los ejemplos denunciados por Hernando que anuncia comisiones de investigación al respecto.
Al último Plenario, el portavoz del Partido Popular, Javier Rodríguez, no concurrió, al parecer, desbordado por la vergüenza que habría supuesto para él defender algunos temas. Si concurre o no al próximo será cosa suya, aunque la vergüenza que experimentó Rodríguez parece que no afectará al concejal Martín Pascual, que seguro concurrirá al Pleno rodeado de su “corte” y las risitas inherentes a la misma.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA