Editorial

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Nuevos tiempos parecen correr para Izquierda Unida de Medina del Campo con motivo del voto que otorgó a la socialista Teresa López para su ascensión a la Alcaldía de la villa.
Y es que, cumpliendo un principio, al parecer nacional de la coalición de izquierdas, tendente a impedir gobiernos del Partido Popular, IU de Medina del Campo actuó de forma acorde a la mayoría de las agrupaciones locales, con la excepción de algunas de ellas ubicadas en Extremadura y que han dado como resultado final la apertura de expedientes por no cumplir las directrices emanadas de la política de conjunto que preconiza Cayo Lara.
Pero una Sesión de Investidura no es más que el anverso de una moneda, que siempre, como cualquier óbolo tiene un reverso, que no es otro que facilitar, a quien se ha elevado a la primera magistratura local, la constitución de un Gobierno y la división estratégica de las áreas que crea oportunas para el desarrollo de su política. Naturalmente que, todo esto, siempre ha de ser y es negociable, cuando se pretende entrar a formar parte de un Gobierno.
Pero el caso de Medina ha sido distinto. Efectivamente se han dado presuntas facilidades a la regidora para la formación de su Gobierno, aunque se han puesto trabas a los emolumentos que habrá de percibir un socio indispensable para alcanzar una mayoría absoluta, en los asuntos en los que las dos llaves del Ayuntamiento -PCAL-CI e IU- estimen oportuno.
La cuestión no parece tener más importancia que una falta de entendimiento inicial que es de esperar quede resuelta en breves fechas, ya que de lo contrario se plantearían serias dificultades para gobernar y hasta para mantener una coalición que ha frenado al Partido Popular.
En consecuencia, el peso de la púrpura, siempre oneroso y a veces de muy difícil justificación de cara a la galería, grava ahora a los dos concejales de IU, que quieran o no, serán responsables de un buen número de las decisiones que habrán de tomarse en el futuro por parte del Ayuntamiento.
Digno de encomio fue el anuncio de la elaboración de un Reglamento que habrá de paliar estas pecatas minutas en un futuro; pero mientras tanto, los Presupuestos son los que son, la capacidad de maniobra es la que es y la responsabilidad de IU, a la que un buen número de medinenses han dado su confianza a tenor del título que llevan (Izquierda y Unida), es la que es. Y en función de ésta, IU, que podrá plantear sin prisas aunque con pausa, no más lejana de los nuevos Presupuestos, determinadas situaciones, está obligada a actuar tal y como indica la aritmética de la mayoría a la que se comprometieron en la investidura. Los responsables de IU tienen la palabra para que el aire fresco y las nuevas formas de gobernar continúen.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA