Solana.- Los jóvenes de la localidad de Lomoviejo, último municipio de España que celebra el rito ancestral de los Santos Inocentes, desplegaron este año su poderío para dar la bienvenida a cinco nuevos mozos a la “cofradía” especial de los solteros, a la que puede pertenecerse a condición de ser eso, simple y llanamente, mozo, aunque con no con las connotaciones de entereza y soltería que tal sustantivo tenía en otros tiempos.
Y así, como quien no quiere la cosa, cinco chavales han hecho que esta peculiar hermandad cuente en la actualidad con 13 componentes, tras unos años en los que sus listas no crecían.
En la mañana del día 28, tras realizar la petición de recursos por las casas y asistir a la misa de los Santos Inocentes, comenzó ya el jolgorio, a la espera de la llegada de las 10 de la noche, momento elegido para una de las grandes novedades de la fiesta: el pregón de los Inocentes, que además pronunció una joven, Lourdes Gómez, acabando así de una vez por todas con el calificativo de machista que siempre se ha aplicado a esta celebración.
Y para concluir la primera jornada, el salón de baile acogió una magna verbena a cargo de la orquesta “Azabache”.
Este año, igual que ha acontecido en los precedentes ningún forastero parece haberse enamorado de una lomovejense, por lo que a nadie se le exigió el pago de la costumbre ni tampoco dio pie a esa grosera negativa que hace que más de uno haya terminado con sus huesos en “El Pozanco”, charca adecuada para quienes no respetan las tradiciones del pueblo.
Rindiendo un homenaje al histórico Bar de la Cámara Agraria, que cerró sus puertas en octubre, los mozos organizaron una comida de hermandad en la que participaron 80 personas dispuestas a dar buena cuenta del “arroz a la zamorana”, que se sirvió en el popular establecimiento que durante años regentó “El Barbas”, simpático personaje que, sirviendo torreznos a troche y moche, consiguió que la localidad de Lomoviejo sea conocida también como la “Capital de la Costa del Torrezno”.
Y tras la comida, bingo por todo lo alto, con licencia o sin ella, que son los mozos quienes gobiernan Lomoviejo durante dicha fiesta, que llegó a los 190 euros de premio.
Jolgorio durante toda la tarde y un gran baile a cargo del “Dúo Carmín” pusieron el broche de oro a esta histórica celebración, no sólo por la costumbre que entraña, sino por la llegada de cinco nuevos mozos a esta simpática “cofradía” lomovejense.