Editorial

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San Antolín en puertas y el programa desnudo

Sin ánimo de ser negativos, que las fiestas son para olvidar los enfrentamientos cotidianos y divertirse todos al unísono, no deja de sorprender la presentación del “borrador” del Programa de las Ferias y Fiestas de San Antolín 2010, que ofreció el Ayuntamiento en la mañana del jueves.
Por supuesto que Medina tendrá sus encierros tradicionales, su proclamación de Guardesa, su subida de la Bandera, el festejo del Toro del Alba, sus dos sesiones, esperemos que sonoras y sonadas, de fuegos artificiales, y, por supuesto, los grupos musicales que corresponda.
Este año se anuncian como estelares los conciertos de los “Hombres G”, “Despistaos” y “Lendakaris muertos” -esperemos que tal nombre no implique el deseo más íntimo de alguno-, además de las tradicionales verbenas de Galeón e incluso los siempre nostálgicos bailes de Versalles.
Pero si nos adentramos en el programa, lo primero que salta a la vista es la ausencia de la “Medina Music Party”, que en los últimos años permitía divertirse a los jóvenes participando en la misma y, por qué no decirlo, también a los mayores que presenciaban su paso.
Pero ausencias hay más, ya que, aunque se trate del borrador del futuro programa, en el mismo se anuncian corridas de toros, de rejones, espectáculos comicotaurinos,  ecuestres y un sinfín de cosas más; pero sin concretar. Nadie encontrará en el avance ni los diestros que lidiarán las reses, ni los nombres de algunas chrarangas, ni algunos otros elementos fundamentales del programa festivo.
Hasta aquí, todo correcto ya que se trata de un borrador o de un avance de programa, que parece, según se desprende del mismo, que las contrataciones están aún en ciernes o, en el mejor de los casos, existen dudas por parte del Ayuntamiento sobre las decisiones a tomar. Pero hay algo que no deja de llamar la atención: los espectáculos que no serán gratuitos, y que la verdad no son nada baratos, aparecen reflejados en el borrador con todo detalle, incluido el precio de acceso a los mismos.
Así las cosas, parece que no se ha trabajado demasiado, hasta el momento, en determinados capítulos de las fiestas; aunque todo hace presumir que las mismas se presentan pobres. Y es que ya no vale rellenar programas con visitas oficiales, exposiciones que otros organizan y un sinfín de actos de pago, dignísimos en su conjunto, pero que no configuran el auténtico programa de unas fiestas populares por carecer de la verdadera estructura ósea sobre la que todo debe sustentarse.
Menos presentaciones e historias y a trabajar, que aún hay tiempo para completar el programa que lo ciudadanos esperan.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA