Hospital a medio gas
No deja de sorprender la medida que han adoptado los responsables del Servicio de la Sanidad Pública de Castilla y León de proceder al cierre de la planta de cirugía del Hospital Comarcal de Medina del Campo durante más de dos meses, con el argumento de que las intervenciones quirúrgicas que se realizan en el periodo estival son menos que en el resto del año.
Dicha medida, que habitualmente se adopta en otros centros hospitalarios públicos de la capital, tiene en éstos una menor trascendencia, al ser mucho más amplio el colectivo de enfermería y auxiliares que atienden a los pacientes. Pero en el caso del Hospital Comarcal, la situación no deja de llamar la atención por dos motivos: la novedad, tras casi 30 años de funcionamiento del centro, y la necesidad de distribuir a los pacientes que tengan que someterse a una intervención quirúrgica en dicho periodo por otras plantas, derivando de esta última medida la necesidad de ser atendidos siempre por excelentes profesionales, aunque, por necesidad del guión, en muchos casos no especializados en cirugía sino en otras ramas de la medicina. A ello debe añadirse que el personal experimentado que atiende normalmente la planta de cirugía deberá prestar también sus servicios, en función de la reordenación, en geriatría o pediatría, por citar un par de ejemplos.
En el fondo, esta medida anunciada en la Junta de Personal del Hospital, ha tenido que caer como un jarro de agua fría entre los trabajadores del mismo, como seguro lo hará entre los pacientes potenciales. Y es que las operaciones programadas continuarán, como es lógico, al ritmo estival de hospital, aunque el ahorro de la veintena de estancias diarias que pueda obtenerse al cerrar la planta pueden ser ficticias, ya que las celebraciones taurinas y los accidentes, guste o no, se producirán a lo largo de este verano, como siempre acontece, obligando, por cuestiones lógicas a tener que desahogar el Hospital con altas prematuras si así lo imponen las circunstancias.
En el fondo de todo, seguro, se encuentra la crisis económica y las medidas necesarias para atajar la misma; pero no parece de recibo que los recortes se produzcan en el Sistema de Salud, como derecho constitucional que es, y al que el mismo Gobierno de España, que no ha dudado en cortar y recortar donde ha podido, ha preservado por encima de todo.
Con el cierre de la planta, que ahorrará contrataciones estivales, está claro que nada va a resolver, ya que las atenciones a los pacientes que se posterguen deberán recuperarse después del verano, a base de horas extraordinarias o derivando algunos casos a la sanidad privada, previo pago de la factura por parte de la Sanidad Regional.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA