Editorial

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Preparativos de la Semana Santa
En estos días, son numerosos los medinenses que se dedican a dos actividades distintas, al margen de su religiosidad.
Por una parte, se encuentran aquellos que, a pesar de la crisis, se preparan para vivir unos días de asueto en la costa o en cualquiera de los municipios interiores de España que ofertan, a través de sus viviendas rurales y establecimientos similares, otras vacaciones diferentes a las habituales. Y entre éstas, no hay que olvidar que la comarca de Medina del Campo, y la provincia de Valladolid en su conjunto, disponen de lugares adecuados, con excelente relación calidad-precio, para hacer que esas vacaciones y esos días de diversión familiar puedan ser una realidad. Y es que hay que apostar por lo nuestro y más en estos momentos de recesión.
Por otro lado, otro tipo de medinenses similares a los anteriores en cuanto a características pero diferentes en lo que se refiere a gustos, se afanan a través de sus cofradías en los preparativos de los desfiles procesionales de la Pasión medinense, que entre otros méritos, disfruta de la Declaración de Interés Turístico Nacional.
Ese segundo colectivo hará posible que, desde el domingo 28 y hasta que concluya la Semana Santa, los desfiles procesionales de la villa se encuentren a la altura de las circunstancias, en cuanto a orden y preparación para hacer frente, con toda la dignidad del mundo, a la Declaración de la que disfruta.
Luego vendrán los desfiles propiamente dichos, iniciándose los mismos con la procesión de La Borriquilla, en esa jornada en la que los niños, según la sentencia popular, siguen creyendo que “el que no estrena, no tiene manos”. Y a este júbilo de la entrada de Jesús, triunfante, en Jerusalén, le seguirá ése lunes y martes mágicos, austeros, sobrios y solidarios, en los que se celebran los denominados Rosarios de Penitencia, en principio sólo para hombres, aunque en la actualidad, son numerosas las mujeres que se suman a los mismos. Si bien este segundo colectivo, emulando aquellos años de la invasión rusa de Polonia, a petición del Papa de la época, rezarán también su particular rosario concebido sólo para ellas.
Y al final, conforme avance la semana, la muerte del Señor se dejará sentir en el espíritu de los medinenses, apoyada por la gran imaginería renacentista de que dispone la localidad. Y es que el Renacimiento sale a las calles en las noches del Jueves y Viernes Santo para transportar a los medinenses a otras épocas. Y para finalizar, llegará el momento de la Resurección, ése en el que el mundo católico cree a pies juntillas y que, en cierta medida, forma parte de la cultura humanista y occidental en la que los medinenses y, el conjunto de los españoles se han formado.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA