Editorial

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Falta cabeza y sobra testa coronada
No deja de sorprender que el Ayuntamiento de Medina del Campo haya seleccionado ya a un nuevo arquitecto, que se complementará en los próximos días con la contratación de un auxiliar a sus órdenes, para gestionar las peticiones del Area de Rehabilitación Integral (ARI) que hará llegar a los propietarios de algunos inmuebles medinenses determinadas cantidades para su rehabilitación. Y es que es sorprendente que antes de cazar el oso, en este caso poner en funcionamiento el sistema de subvenciones, se venda la piel, o lo que es lo mismo, se contrate a dos personas para realizar un trabajo que no empezará hasta pasado cierto tiempo, a pesar de que se asegure desde el Ayuntamiento que ya se han atendido más de sesenta peticiones y que el público tiene garantizada la asesoría, al menos de forma inicial, desde los servicios de Urbanismo y la Agencia de Desarrollo Local.En la actualidad, Medina del Campo y su Ayuntamiento disponen ya, excluyendo al nuevo, de tres arquitectos municipales, una de ellos jefa de servicio, que a duras penas consiguen sacar adelante un diez por ciento de los expedientes que tramitaba antes el anterior arquitecto municipal.Así las cosas, es posible que un funcionario, en este caso arquitecto, no “funcione” una y otra vez; pero cuando la ineficacia es extensiva a tres de ellos y se mantiene de forma reiterada a lo largo del tiempo, está claro que la responsabilidad no es de ninguno de ellos sino de quien, situado por encima, dirige a todo el conjunto. Fácil será que cuando el colapso administrativo sea ya definitivo se busque un chivo expiatorio entre los concejales, pensando que al sacrificar al mismo con su no inclusión en la futura candidatura del PP al Ayuntamiento, todo habrá quedado saldado. Pero no es así.La verdad es que son varias las áreas que no funcionan y con los concejales sucede lo mismo que con los técnicos de arquitectura, ya que en el fondo lo que falta es una cabeza directora que coordine las áreas, que gestione y que haga eficaces los recursos del Consistorio, haciendo duros de cuatro pesetas.Pero no es así, aquí se pagan los proyectos por doble partida, se “incentiva” a trabajadores por hacer el trabajo que les corresponde y no más; y en algunos casos, por mostrar la cara amable al margen de que haya motivos para tenerla triste. Ésa era la política del Rey Sol, “testa coronada” que el regidor de Medina parece querer emular al no haberse dado cuenta de que una Alcaldía implica servicio a los demás, horas de trabajo y, desde luego, ningún reconocimiento ya que, por la eficacia y la buena disposición se cobra un sueldo, precisamente, por ser alcalde.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA