Editorial

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Himno para la Gimnástica
Ha tenido que pasar casi medio siglo para que la Gimnástica Medinense haya conseguido finalmente tener un himno propio con el que animar los campos de fútbol en los que juega cuando la victoria se produzca.
El hecho en sí no deja de tener una importancia trascendental, ya que el mismo aunará no sólo a jugadores de fútbol y aficionados a ese deporte, sino a todos los medinenses. Y es que si alguien se detiene algún día a pensar cuáles son los hechos diferenciales que caracterizan a un municipio, sin duda le vienen a la cabeza determinadas vivencias, las canciones y los cuentos infantiles propios de la localidad, la gastronomía de la misma, los problemas del municipio y, por qué no decirlo, un himno que, nacido para un equipo de fútbol, pueda suplir la carencia de otro que tenga un carácter más general y represente a la totalidad de la ciudadanía.
Atrás queda aquella experiencia en la que se pretendió dotar de letra al Himno Nacional para permitir que el mismo pudiera cantarse en competiciones internacionales cuando nuestra selección se erigía en triunfadora. Pues la misma cuestión se plantea a nivel local y más especialmente cuando Medina, que podría tener un himno propio, carece del mismo.
Ejemplos de esto son el Tango de Alaejos o el Pasodoble Olmedo, que cuando se producen determinados acontecimientos cantan los ciudadanos de dichas localidades con fuerza y, por qué no decirlo, con lágrimas en los ojos.
Los himnos y, en general, las canciones propias de un lugar hacen que los ciudadanos se amalgamen como una piña, al margen de las relaciones más o menos distantes que los mismos puedan tener entre ellos. Por ello es importante, y bien merece este editorial, el hecho de que nuestra Gimnástica Medinense, tras medio siglo de historia, cuente con un himno propio. Y no un himno cualquiera, sino uno de carácter contemporáneo, adaptado de forma especial a los jóvenes y musicalizado por un grupo local, “Kain”, que no deja de recoger los frutos del trabajo realizado desde hace ya años.
Así las cosas, un ritmo aparentemente heavy realza con sus notas un texto simple y fácil de retener, del que es inspirador el propio presidente de la Gimnástica Medinense, un asturiano que se deja la piel por promocionar Medina del Campo y su equipo de fútbol, al margen de la tierra en que naciera. Y es que “no se es de donde se nace, sino de donde se pace”. Su nombre, tal y como todos le conocen, Nino Fernández, al que desde este semanario se le felicita por el hecho de haber auspiciado un himno que a ningún presidente de la entidad deportiva se le ocurrió, haciendo extensiva la felicitación a quienes gratuitamente le han puesto música.

LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA