Carta a los Reyes Magos
Cuando llegan estas fechas, los niños envían sus cartas a los Reyes Magos, al objeto de formular la peticiones de aquellas cosas que más desean. Pese a todo, en algunos casos, en lo que afecta a los más desfavorecidos, tales ilusiones no llegan a hacerse realidad.
Si los mayores imitásemos a los niños y nos instalásemos en la creencia de unos Reyes Magos capaces de satisfacer nuestras necesidades, que no ilusiones, las peticiones serían más que claras.
Por un lado, demandaríamos aquello que es básico, tanto para los medinenses como para cualquier ser humano: el trabajo y una economía que pueda permitir una vida decente, al margen del país en que se vive.
A ello añadiríamos la demanda de justicia, ya que donde ésta existe sobra esa palabra que hoy en día tanto llena la boca de algunos y que no es otra que la “solidaridad”.
Por supuesto, y a nadie se le escapa, que la palabra “paz” debería figurar en la petición de cualquier adulto que se precie aunque sólo sea a título de mero deseo, aunque ésta palabra podría quedar suprimida del vocabulario si la anterior, “justicia”, existiera realmente.
Volviendo ya a un terreno más real, factible y menos alejado de la utopía, está claro que cualquier español bien nacido pediría a los Reyes Magos que los tres miembros de la ONG “Acció Solidaria” pudiesen regresar en un día tan señalado, y a modo de verdadero regalo, al entorno familiar del que un día salieron para ayudar a los demás, sufriendo por ello un secuestro de la demente Al-Qaeda, fruto de un extremismo, en este caso islámico, pero al que no tienen que envidiar otros “extremismos” de corte católico que, en nombre de Dios, propagan la injusticia allí donde se instalan.
Por supuesto que entre las peticiones a los Magos de Oriente, la carta de un adulto demandaría simple y llanamente salud, sin importar que para conseguir la misma tengan que caer algunos razonamientos de corte clerical, obsoletos, y que en nada contribuyen a la erradicación de determinadas enfermedades.
Y para concluir, entre las solicitudes que, en este caso, la carta de la redacción de este semanario demanda no hay otras que la fidelidad de nuestros lectores, en la cual va implícito el mayor deseo de salud, bienestar y alegría para todos ellos en un año que ahora empieza y que esperamos que, los Magos en los que un día creímos, lo hagan más próspero que el año que acaba de concluir.
Por ello, rubriquemos juntos estos deseos y remitámoslo a Sus Majestades, como si fuéramos niños otra vez.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA