Pidiendo disculpas por lo que hacía, un hombre atraca en pocos minutos dos establecimientos de Medina simulando llevar una pistola en el bolsillo
J.S.- Alrededor de las 17.05 horas de ayer jueves, un individuo de León, nacido en 1970 y que responde a las iniciales R.E.B., perpetró un atraco en dos establecimientos de Medina del Campo.
El primero de ellos se produjo en la Juguetería Francisco Pérez, sita en la Plaza Mayor, donde R.E.B., tras acceder a su interior y simulando llevar una pistola en el bolso, “solicitó” a la empleada que se encontraba en el mostrador la recaudación de la caja, petición que obtuvo por respuesta un simple “no hay dinero porque acabamos de abrir y es jueves”.
Creyendo, por el aspecto físico del atracador y por su escasa contundencia y aflautada voz, que se trataba de una broma, llamó a su compañera que estaba en el almacén, pensando que podía tratarse de un amigo suyo que estaba gastándolas una broma. Poco después y tras no conocer al atracador a ninguna de ellas y oir varias veces la expresión “esto es un atraco”, tomaron en serio al autor de los hechos que les “solicitó”, al estar la caja vacía, el dinero que tenían en los bolsos, unos 30 euros. De forma educada R.E.B. pidió disculpas por lo que había hecho y demandó, como favor, que no avisasen a la Policía, saliendo del establecimiento con el dinero que había obtenido.
La primera empleada, nerviosa y sin saber qué hacer, llamó a su marido, que trabaja en el almacén de la misma firma comercial, alertando éste a la Policía Nacional.
Pocos minutos después, R.E.B. accedió al establecimiento “La Tienda en Casa”, situado en la calle Angel Molina, exigiendo la caja, con el mismo “modus operandi”, a la empleada del mostrador.
Sin tomarlo de nuevo en serio por sus características de fonación y débil carácter, la empleada avisó a sus dos compañeras que se encontraban sentadas en los ordenadores, quienes tras asegurarle que no existía en el establecimiento dinero en efectivo le invitaron a llevarse, para su posterior venta, unas cajas de bombones allí existentes.
Pero el tema fue subiendo de tono y las empleadas comenzaron a tener miedo cuando dijo R.E.B. “dadme la caja, que os vuelo la cabeza”, ante lo que una de las empleadas optó por pulsar el botón de alarma obteniendo como respuesta un “dadme lo que tenéis en los bolsos y no os mováis que mi compañero tiene todo controlado desde fuera”. Como botín obtuvo unos 40 euros de los bolsos de mano de las empleadas.
Finalizados los dos atracos, tanto por la alerta de la alarma como por una llamada telefónica realizada por un ciudadano que aseguró que se estaba perpetrando un robo en “La tienda en casa”, los agentes policiales se personaron de forma rápida en el establecimiento, donde el ciudadano anónimo que había dado la alerta les indicó que el atracador se encontraba en el edificio de Correos, situado a pocos metros del establecimiento.
En correos, los agentes procedieron a detener a R.E.B., cuyas características físicas y vestimenta se correspondían con las del atracador, produciéndose un forcejeo, que se saldó con sendas contusiones en mano y brazo de uno de los policías, que tuvo que ser atendido en el Hospital Comarcal, en el que el atracador había sido tratado unas horas antes con ansiolíticos, que, al parecer, ingirió de forma masiva una vez obtenidos los mismos.
J.S.- Alrededor de las 15.05 horas de ayer jueves, un individuo de León, nacido en 1970 y que responde a las iniciales R.E.B., perpetró un atraco en dos establecimientos de Medina del Campo.
El primero de ellos se produjo en la Juguetería Francisco Pérez, sita en la Plaza Mayor, donde R.E.B., tras acceder a su interior y simulando llevar una pistola en el bolso, “solicitó” a la empleada que se encontraba en el mostrador la recaudación de la caja, petición que obtuvo por respuesta un simple “no hay dinero porque acabamos de abrir y es jueves”.
Creyendo, por el aspecto físico del atracador y por su escasa contundencia y aflautada voz, que se trataba de una broma, llamó a su compañera que estaba en el almacén, pensando que podía tratarse de un amigo suyo que estaba gastándolas una broma. Poco después y tras no conocer al atracador a ninguna de ellas y oir varias veces la expresión “esto es un atraco”, tomaron en serio al autor de los hechos que les “solicitó”, al estar la caja vacía, el dinero que tenían en los bolsos, unos 30 euros. De forma educada R.E.B. pidió disculpas por lo que había hecho y demandó, como favor, que no avisasen a la Policía, saliendo del establecimiento con el dinero que había obtenido.
La primera empleada, nerviosa y sin saber qué hacer, llamó a su marido, que trabaja en el almacén de la misma firma comercial, alertando éste a la Policía Nacional.
Pocos minutos después, R.E.B. accedió al establecimiento “La Tienda en Casa”, situado en la calle Angel Molina, exigiendo la caja, con el mismo “modus operandi”, a la empleada del mostrador.
Sin tomarlo de nuevo en serio por sus características de fonación y débil carácter, la empleada avisó a sus dos compañeras que se encontraban sentadas en los ordenadores, quienes tras asegurarle que no existía en el establecimiento dinero en efectivo le invitaron a llevarse, para su posterior venta, unas cajas de bombones allí existentes.
Pero el tema fue subiendo de tono y las empleadas comenzaron a tener miedo cuando dijo R.E.B. “dadme la caja, que os vuelo la cabeza”, ante lo que una de las empleadas optó por pulsar el botón de alarma obteniendo como respuesta un “dadme lo que tenéis en los bolsos y no os mováis que mi compañero tiene todo controlado desde fuera”. Como botín obtuvo unos 40 euros de los bolsos de mano de las empleadas.
Finalizados los dos atracos, tanto por la alerta de la alarma como por una llamada telefónica realizada por un ciudadano que aseguró que se estaba perpetrando un robo en “La tienda en casa”, los agentes policiales se personaron de forma rápida en el establecimiento, donde el ciudadano anónimo que había dado la alerta les indicó que el atracador se encontraba en el edificio de Correos, situado a pocos metros del establecimiento.
En correos, los agentes procedieron a detener a R.E.B., cuyas características físicas y vestimenta se correspondían con las del atracador, produciéndose un forcejeo, que se saldó con sendas contusiones en mano y brazo de uno de los policías, que tuvo que ser atendido en el Hospital Comarcal, en el que el atracador había sido tratado unas horas antes con ansiolíticos, que, al parecer, ingirió de forma masiva una vez obtenidos los mismos.