EDITORIAL

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Panfletos, en fiestas
Con excepción de Medina del Campo, muchas han sido las localidades de la comarca en las que los grupos de oposición -léase PSOE, en unos casos, y PP en otros- han lanzado panfletos tendentes a subir el tono de nerviosismo de los ciudadanos, explicar problemas de la cotidianeidad del municipio, malmeter cuanto han podido, e incluso, algún rara avis ha osado dirigirse a los ciudadanos a modo de alcalde sin serlo, porque las urnas así lo decretaron en su día.
Parece ser que algunos representantes de los pueblos no se resignan nunca al papel que les confirió la ciudadanía a través de los comicios. Todo ello y de forma presumible porque este tipo de actitudes panfletarias, a veces difamatorias y nunca cargadas de buenas intenciones, a los ciudadanos no les gustan. Y es que para hacer política la oposición tiene 358 días al año y cualquier mes o momento del mismo, pero no el inicio de ninguna fiesta patronal.
Las celebraciones en honor de los patronos o patronas, que de todo hay, deben estar siempre presididas por la concordia, la amistad, la hospitalidad y la mano tendida hacia quien gobierna un municipio que ya tiene bastante con enfrentarse a la organización de los festejos que llegan de la mano del Santo Patrón. Son éstos, días de arrimar el hombro, de compartir trabajos, de echar una mano allí donde se pueda para que los actos, y especialmente los taurinos, sean del agrado de todos, ya que la programación de las fiestas o la elabora una comisión más o menos amplia, o el grupo de gobierno que la mayoría de los ciudadanos catapultó para tales fines, mediante votos emitidos, en los que siempre va inherente el respeto más profundo hacia todas las minorías, aunque los representantes de éstas a veces no lo entiendan.
Algo de cuidado deben tener quienes actúan haciendo oposición en fiestas o los 365 días del año, que en definitiva viene a ser lo mismo, ya que el pueblo sincero, llano y no politizado, empieza a estar harto de muchas cosas y pide al menos una semana de tregua, la festiva, para poder divertirse.
Algún partido político en su actuación nacional debería también entender este mensaje, que no es del semanario sino que se palpa en la ciudadanía, cuando no deja en paz a nadie y sigue hablando de la política cotidiana, de la crisis, y de cuanto erosione al gobierno, incluso durante ese período con nombre tan bello como son las vacaciones parlamentarias.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA
Panfletos, en fiestas
Con excepción de Medina del Campo, muchas han sido las localidades de la comarca en las que los grupos de oposición -léase PSOE, en unos casos, y PP en otros- han lanzado panfletos tendentes a subir el tono de nerviosismo de los ciudadanos, explicar problemas de la cotidianeidad del municipio, malmeter cuanto han podido, e incluso, algún rara avis ha osado dirigirse a los ciudadanos a modo de alcalde sin serlo, porque las urnas así lo decretaron en su día.
Parece ser que algunos representantes de los pueblos no se resignan nunca al papel que les confirió la ciudadanía a través de los comicios. Todo ello y de forma presumible porque este tipo de actitudes panfletarias, a veces difamatorias y nunca cargadas de buenas intenciones, a los ciudadanos no les gustan. Y es que para hacer política la oposición tiene 358 días al año y cualquier mes o momento del mismo, pero no el inicio de ninguna fiesta patronal.
Las celebraciones en honor de los patronos o patronas, que de todo hay, deben estar siempre presididas por la concordia, la amistad, la hospitalidad y la mano tendida hacia quien gobierna un municipio que ya tiene bastante con enfrentarse a la organización de los festejos que llegan de la mano del Santo Patrón. Son éstos, días de arrimar el hombro, de compartir trabajos, de echar una mano allí donde se pueda para que los actos, y especialmente los taurinos, sean del agrado de todos, ya que la programación de las fiestas o la elabora una comisión más o menos amplia, o el grupo de gobierno que la mayoría de los ciudadanos catapultó para tales fines, mediante votos emitidos, en los que siempre va inherente el respeto más profundo hacia todas las minorías, aunque los representantes de éstas a veces no lo entiendan.
Algo de cuidado deben tener quienes actúan haciendo oposición en fiestas o los 365 días del año, que en definitiva viene a ser lo mismo, ya que el pueblo sincero, llano y no politizado, empieza a estar harto de muchas cosas y pide al menos una semana de tregua, la festiva, para poder divertirse.
Algún partido político en su actuación nacional debería también entender este mensaje, que no es del semanario sino que se palpa en la ciudadanía, cuando no deja en paz a nadie y sigue hablando de la política cotidiana, de la crisis, y de cuanto erosione al gobierno, incluso durante ese período con nombre tan bello como son las vacaciones parlamentarias.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA