Editorial

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La iniciativa privada salvó las Fiestas de San Antolín



Poca enjundia han tenido este año las celebraciones patronales de San Antolín, en lo que a programación oficial se refiere, limitándose en algunos días a poco más que la instalación de un parque infantil, una actuación del tres al cuarto, una sesión teatral de pago y los bailes de Versalles, que se plantearon como la gran novedad de este año y que en algunos días, es de justicia reconocer, han resultado un acierto, a juzgar por el número de personas de edad que concurrieron a los mismos.

Poca enjundia han tenido este año las celebraciones patronales de San Antolín, en lo que a programación oficial se refiere, limitándose en algunos días a poco más que la instalación de un parque infantil, una actuación del tres al cuarto, una sesión teatral de pago y los bailes de Versalles, que se plantearon como la gran novedad de este año y que en algunos días, es de justicia reconocer, han resultado un acierto, a juzgar por el número de personas de edad que concurrieron a los mismos.Tardanza en el inicio de varios actos, incluido alguno de los encierros y conciertos, por razones imputables, en unos casos al propio alcalde de la villa, y en otros a la coordinación y exigencias que deben tenerse con los grupos musicales a los que se paga generosamente, pese a tener pocos seguidores.
En lo que afecta a los encierros, el acortamiento del recorrido de los mismos ha privado este año a los medinenses de pasar un buen rato contemplándolos, al tener que agudizar el ojo para ver su paso en los tres tiempos que los caracterizan -campo, calle y plaza-, en poco más de 15 ó 20 minutos.
El colmo llegó con el encierro nocturno del domingo, que por no levantar los aplausos que alguien esperaba, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo soltó un segundo encierro cuando ya parte de los efectivos que vigilan por la seguridad de los mismos había comenzado a abandonar sus puestos de trabajo. A esto en otros pueblos se le llama irresponsabilidad municipal.
Lo que sí ha funcionado a lo largo de las pasadas fiestas, ayudando a salvar la programación más paupérrima de los últimos lustros, ha sido la iniciativa privada, que con sus discomovidas, sus charangas, su Feria de Día y de Noche, ha conseguido retener al público que había concurrido a la Feria, e incluso obligar a los medinenses a salir a la calle para darse una vuelta allí donde estaban funcionando las actividades aludidas.
Eso sí, como ni el PP, en el Gobierno, ha hecho valoración de los festejos para darse autobombo, ni los partidos de oposición -PSOE e IU-, tampoco lo han hecho para resaltar los defectos y procurar que los mismos no se repitan en años sucesivos, habrá que dar por sentado que si no los medinenses, al menos sí sus representantes, han quedado satisfechos de unas fiestas patronales que, sin duda alguna, pasarán a la historia como unas de las más pobres que se han desarrollado a lo largo de todo el período democrático, con crisis o sin ella. Y si tal es tan grande, el Ayuntamiento no ha estado a la altura de las circunstancias para hacer que medinenses y comarcanos se divirtiesen a todas horas con una programación acorde a las circunstancias.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA