Teresa García.- Como marca la tradición, el primero de septiembre, a las 12 del mediodía, arrancaron las celebraciones en honor de San Antolín; celebraciones que en esta ocasión llegaron marcadas por la emoción y los recuerdos que habitualmente las caracterizan, acompañados esta vez por un ligero descenso de público, debido a que la llegada del patrón se produjo en martes.Y aunque en número más reducido que en años anteriores, cientos de personas se concentraron en la Plaza Mayor de la Hispanidad para dar la bienvenida al patrón e iniciar así su participación en los festejos “sanantolineros”, que se prolongarán, como marca la tradición, hasta el próximo martes, 8 de septiembre.
Con la subida del medinense Rafael Mozo a lo más alto de la torre de la iglesia Colegiata de San Antolín, para colocar en el sitio que le corresponde la Bandera Nacional, dieron comienzo las celebraciones populares. El joven estuvo acompañado por varios de los integrantes de su peña, “Druidas”, quienes sorprendieron a los asistentes desplegando una gran pancarta, en la que se podía leer claramente su nombre.
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La llegada del patrón en martes le restó público al acto de colocación de la Bandera Nacional
Como marca la tradición, el primero de septiembre, a las 12 del mediodía, arrancaron las celebraciones en honor de San Antolín; celebraciones que en esta ocasión llegaron marcadas por la emoción y los recuerdos que habitualmente las caracterizan, acompañados esta vez por un ligero descenso de público, debido a que la llegada del patrón se produjo en martes.