Editorial

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Medina se sume a partir del martes en las celebraciones patronales de San Antolín, con las que siempre llegan a la villa los tradicionales encierros. Unos eventos que concentran, año tras año, a miles de personas atraídas por estos festejos populares que son, en definitiva, los actos que más capacidad de concentración tienen.
Al margen de ser de agradecer la colaboración de las asociaciones, que este año ha sido básica en la confección del programa festivo de Medina, y con independencia del conjunto de actividades que ha programado el Ayuntamiento, es necesario, aunque sea  reiterativo, hacer una llamada a la ciudadanía para que colabore en el desarrollo de los encierros y los mismos consigan ese brillo y esplendor que deben tener en función de la catalogación de Interés Turístico Regional de la que disfrutan.
La colaboración ciudadana es siempre fundamental en las fiestas, ya que es suficiente un hecho aislado que se salga de la normativa establecida para dar al traste con todo un festejo. Y más cuando éste es taurinopopular.
Ni qué decir tiene que atrás quedaron aquellos años en los que se maltrataba a los animales; aquellos tiempos en los que algunas peñas, a modo de gracia, desatornillaban las talanqueras; y aquellas calendas en las que reventar un encierro era, por desgracia, más que frecuente.
En este nuevo milenio, en el que se dice que el segmento de población juvenil es el mejor preparado de todos los tiempos, tampoco está de más dar un pequeño toque de atención al mismo para recordarle que el alcohol y los toros no son compatibles, por lo que deben extremase con sumo cuidado todas las medidas de precaución para evitar aquellas desgracias que, aunque a veces acontecen, nunca sucederían si la sensatez, siempre inherente a la lucidez mental, imperase de forma especial durante el desarrollo de los festejos taurinos.
Y poco más puede decirse en un editorial de fiestas, salvo animar a nuestros lectores a participar en todos los actos programados y a pedirles, aunque no es necesario ya que forma parte de la forma de ser de los medinenses, que desplieguen la hospitalidad que nos caracteriza por haberla aprendido, y bien, de nuestros mayores.
Abriendo un paréntesis para recordar, con cariño y afecto, a todos aquellos medinenses que se quedaron en el camino y no consiguieron llegar a las fiestas que ahora se inician, el equipo de personas que hacen posible que “La Voz” informe a todos, semana tras semana y desde hace ya cincuenta años, os desea unas felices fiestas y pide, para todos, la protección del Patrón.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA
FiestasMedina se sume a partir del martes en las celebraciones patronales de San Antolín, con las que siempre llegan a la villa los tradicionales encierros. Unos eventos que concentran, año tras año, a miles de personas atraídas por estos festejos populares que son, en definitiva, los actos que más capacidad de concentración tienen.
Al margen de ser de agradecer la colaboración de las asociaciones, que este año ha sido básica en la confección del programa festivo de Medina, y con independencia del conjunto de actividades que ha programado el Ayuntamiento, es necesario, aunque sea  reiterativo, hacer una llamada a la ciudadanía para que colabore en el desarrollo de los encierros y los mismos consigan ese brillo y esplendor que deben tener en función de la catalogación de Interés Turístico Regional de la que disfrutan.
La colaboración ciudadana es siempre fundamental en las fiestas, ya que es suficiente un hecho aislado que se salga de la normativa establecida para dar al traste con todo un festejo. Y más cuando éste es taurinopopular.
Ni qué decir tiene que atrás quedaron aquellos años en los que se maltrataba a los animales; aquellos tiempos en los que algunas peñas, a modo de gracia, desatornillaban las talanqueras; y aquellas calendas en las que reventar un encierro era, por desgracia, más que frecuente.
En este nuevo milenio, en el que se dice que el segmento de población juvenil es el mejor preparado de todos los tiempos, tampoco está de más dar un pequeño toque de atención al mismo para recordarle que el alcohol y los toros no son compatibles, por lo que deben extremase con sumo cuidado todas las medidas de precaución para evitar aquellas desgracias que, aunque a veces acontecen, nunca sucederían si la sensatez, siempre inherente a la lucidez mental, imperase de forma especial durante el desarrollo de los festejos taurinos.
Y poco más puede decirse en un editorial de fiestas, salvo animar a nuestros lectores a participar en todos los actos programados y a pedirles, aunque no es necesario ya que forma parte de la forma de ser de los medinenses, que desplieguen la hospitalidad que nos caracteriza por haberla aprendido, y bien, de nuestros mayores.
Abriendo un paréntesis para recordar, con cariño y afecto, a todos aquellos medinenses que se quedaron en el camino y no consiguieron llegar a las fiestas que ahora se inician, el equipo de personas que hacen posible que “La Voz” informe a todos, semana tras semana y desde hace ya cincuenta años, os desea unas felices fiestas y pide, para todos, la protección del Patrón.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA