Editorial

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Un puente sin solución

Nadie sabe si debe decirse puente o paso subterráneo bajo el puente que históricamente se denominó de hierro. Es decir, la pasarela de las líneas férreas Medina-Zamora y Medina-Salamanca que sobrevuela en la actualidad la tan traída y llevada, así como largamente ejecutada y casi al parecer inconclusa, travesía. Léase, calle Valladolid.
Que dicho paso subterráneo ha supuesto desde tiempo inmemorial un punto negro en lo que a inundaciones se refiere, es algo sabido por todos. Bastan cuatro gotas de agua caídas de forma copiosa durante diez o quince minutos para que dicho tramo de la travesía se inunde y, en ocasiones, obligue a desviar el tráfico por caminos alternativos en otras circunstancias prohibidos.
Una primera remodelación, insuficiente aunque correcta para los medios de la época, llegó con la supresión del puente de hierro, lo que permitió a la Corporación Municipal, que presidió en su época Ignacio Cano de la Fuente como regidor socialista -antes de que como un torero cualquiera diese una “espantá” para concurrir como independiente y gobernar con el Partido Popular-, adecuar en cierta medida la parte inferior de dicha travesía y subsanar, en parte, dicho problema, mediante la instalación de un depósito subterráneo de recogida de aguas y un sistema de lanzamiento de las mismas a través del bombeo hacia el río Zapardiel.
Una tercera remodelación llegó en la propia época de Cano, como alcalde socialista, aumentando las medidas de evacuación de agua que, en cierta medida, podría decirse que casi fueron suficientes, en tanto en cuanto, los aguaceros no fueron muy severos y en la medida en que las bombas funcionaran.
Pero la última remodelación, acometida por el actual Gobierno Municipal durante meses y meses, con tardanzas e incomodidades para los vecinos, con polémica a todas horas y hasta con promesas de que todo estaba ya de forma definitiva resuelto, parece haber sido la menos adecuada de todas, ya que se ha dotado a dicha zona de una pavimentación que seguro no resistirá tanto tiempo como la anterior, de un aspecto más bello y hasta de una especie de pasadizo “tuneado” pero no ha resuelto el viejo problema de las inundaciones a pesar de haber acometido también obras de canalización en la zona. El resultado de la obra parece, cuanto menos, una tomadura de pelo de forma especial con los medios técnicos que existen en la actualidad.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA