Javier Solana.- La Compañía de Teatro Cubana “Máscara Laroye”, de Ciudad Real, dejó constancia de ser uno de los mejores elencos aficionados de todo el territorio nacional, en base al recital interpretativo ofrecieron sus componentes el sábado, en La Seca, durante la segunda sesión a concurso de la Muestra Nacional con la obra “Lorca en La Habana”.
A base de textos lorquianos -La casa de Bernarda Alba, Mariana Pineda y Bodas de Sangre, entre otros-, con una hilazón que utilizó como pretexto el viaje de Federico García Lorca a Cuba, los componentes de “Máscara Laroye”, Rey Montesinos y Paloma Mejía, dieron una verdadera lección de interpretación escénica y, en algunos momentos de danza, que para sí quisieran muchos de los hoy en día llamados profesionales.
Pero no todo termina ahí, ya que los mismos fueron secundados por Javier Primo y Jessica Martínez, que no se quedaron a la zaga de los actores principales, así como por el propio director, Giraldo Moisés Cárdenas, que siempre derrocha sabiduría en las tablas, tanto cuando se encuentra detrás como delante del telón.
Composiciones de escenas verdaderamente equilibradas y estudiadas, casi velazqueñas; una forma de pisar las tablas infrecuente en los tiempos actuales, una música exquisita y un decorado inexistente permitieron que los ademanes y movimientos de los actores hiciesen que el público no apartase los ojos de ellos, reconociendo su labor, al final de la obra, con varios minutos de aplausos.
Pero como nada puede ser perfecto en la vida y sin desdoro de la labor escénica del elenco, la representación, al igual que una moneda, tuvo su reverso: la somerísima aparición en escena, que gracias a Dios no alteró el ritmo escénico, de Ismael Beiro, aspirante a actor extraído de la primera edición de “Gran Hermano”.