Editorial

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Recortes hasta en Navidad
Medina del Campo, que durante los últimos años estaba acostumbrada a vivir unas navidades esplendorosas, ha visto cómo las mismas se han ido reduciendo paulatinamente hasta quedar en unos eventos mucho más pequeños y de menor calado que en años anteriores.
La falta de financiación para la pista de hielo no provocó en su momento la reacción lógica que hubiera sido de esperar del propio Ayuntamiento, recurriendo a la recuperación de un Belén Viviente, que hubiese llenado parcialmente la Plaza Mayor, y que ha sido reclamado desde hace años por una parte del vecindario.
En su lugar, sí tuvo el acierto de instalar un pequeño Belén Viviente en el Centro Cultural Integrado, que a decir verdad contó con una buena organización y una afluencia notable de público. Sin duda alguna, se nota la mano en el mismo de la concejala Silvia Pérez, acostumbrada a lidiar con este tipo de eventos y organizaciones en los que tiene sobrada experiencia.
Harina de otro costal es lo acontecido con los talleres para jóvenes, que mayoritariamente tuvieron que suspenderse por falta de público. De la labor de la Concejalía de Juventud y de su titular, Rocío Pariente, sólo puede salvarse la gestión que realizó para la fiesta sin alcohol, en base a la elección de buenos colaboradores: los hosteleros, que son, en definitiva, quienes organizaron el festejo.
Pobre también en esta ocasión la Cabalgata de Reyes en la que cada vez participan menos personas, posiblemente por el acortamiento de su propio recorrido. Además, la mayor inversión en carrozas parece ir en detrimento de otros elementos indispensables para el desarrollo de dicho desfile.
Excelente resultó la recepción que ofrecieron SS.MM. los Reyes Magos de Oriente en el Patio de Columnas del Ayuntamiento a los niños de Medina del Campo. Pero como toda moneda tiene su anverso y reverso, en el lado más oscuro de este acontecimiento figura la brevedad del mismo, que obligó a numerosos niños a tener que guardar colas de espera innecesarias, en el caso de haber previsto que la recepción iba a ser multitudinaria. Y es que, era de esperar, ya que los Reyes Magos siempre atraen a los más pequeños.
Las actividades deportivas, que han contado con una gran participación y una buena organización por parte del Patronato son también el anverso de la “mala moneda” que ofreció, a modo de espectáculo inenarrable, el Mercado de Navidad, que llegó tarde y con escaso brillo organizativo.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA