Editorial

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Llega el meridiano de las Fiestas

Hoy sábado llega el meridiano de las fiestas patronales de San Antolín, que durante ocho días van desarrollando una programación que, en principio, va agradando a unos sectores de población y desagradando a otros.
Quizás lo más relevante, hasta este momentos, haya sido una menor presencia de público en todos los espectáculos que no han sido gratuitos. Sirvan de ejemplo el desenjaule de toros y el concurso de cortes de novillos, que en el primer caso no consiguió atraer a más de 400 o 500 personas; y en el segundo solo registró medio aforo del coso del Arrabal.
En lo que afecta a los grandes conciertos, el que se presentaba como estrella por el Ayuntamiento y que protagonizaron los Hombres G tampoco consiguió reunir a esos contingentes humanos que en otras épocas acudían a la llamada, y son solo dos ejemplos, de “Los Chunguitos”  y Raúl.
Quizás, de esta menor afluencia de público la responsable sea la crisis económica, sin descartar la coincidencia de otras celebraciones patronales en municipios cercanos, entre los que se encuentra la capital de la provincia que, adelantando las suyas, cuanta además con unos presupuestos inalcanzables para Medina del Campo, por lo que se convierte de nuevo en la “madrastra” de la Villa de las Ferias.
Y es que no parece de recibo que algunas localidades adelanten o atrasen sus fiestas en función de los intereses económicos de determinados sectores, ya que de así hacerlo obligarán a todos a sacar sus ases de la manga y a jugar la parida en igualdad de condiciones.
Por su puesto que si Medina del Campo adelantase sus fiestas hundiría, sin quererlo, las celebraciones de municipios como Ataquines o Fresno el Viejo, por citar un par de ejemplos. Todo ello rompiendo una serie de tradiciones que las gentes de otras épocas cuidaban con esmero para no perjudicar al vecino de al lado y hacer factible que todos participasen en todas las fiestas. Ejemplo de ello eran, el 15 de agosto, Pollos y Rueda, que coincidiendo en la totalidad de fechas sus celebraciones programaban sus encierros en horarios diferentes para que todo el mundo pudiera concurrir a los mismos. Pero como el respeto a las tradiciones se va perdiendo y los grandes municipios, que debieran ser los guardianes de las mismas ya no lo son, parece llegado el momento de que Medina del Campo se plantee un cambio de fechas para sus celebraciones, al objeto de no ver mermados los intereses generales de la localidad por un capricho del alcalde de la capital de la provincia.
Pero eso es algo que deberá decidir el Ayuntamiento, posiblemente tras realizar una consulta popular entre el vecindario.
LA VOZ DE MEDINA Y COMARCA