Redacción.- El balance de la lista de espera quirúrgica en Castilla y León, a fecha de 31 de diciembre del pasado año, refleja que 35.314 pacientes estaban en espera de una intervención, lo que son 4.560 más que en la misma fecha que el año anterior.
De ellos, 29.263 forman parte de la espera estructural (22.542 en 2018), lo que supone que el porcentaje de usuarios en este capítulo haya pasado del 73 % al 83 %.
Este mayor porcentaje supone que hay un mayor número de personas en disposición de ser intervenidos, ya que la espera estructural depende de la propia organización y recursos disponibles.
Entre los criterios para la programación quirúrgica, además del criterio de antigüedad, se valora la prioridad clínica de la indicación de la intervención, además de la propia disponibilidad de profesionales y quirúrgicos, con el fin de lograr el mayor rendimiento.
En este sentido la prioridad se centra en la atención a procedimientos urgentes y de mayor complejidad asistencial, de manera que las atenciones, especialmente oncológicas y cardiovasculares, se operan en menos de 30 días.
Por su parte, otros 2.780 pacientes estaban al final de 2019 en situación de transitoriamente no programables (5.581 el año anterior), importante descenso que manifiesta el esfuerzo de la Gerencia Regional de Salud por incorporar a la lista de espera estructural al mayor número posible de usuarios, con el fin de garantizarles su derecho asistencial.
La cifra global de pacientes en lista de espera quirúrgica se completa con 3.271 usuarios en espera tras rechazar un centro alternativo, número que era de 2.649 en 2018.
En cuanto a especialidades, traumatología (11.629 usuarios), cirugía general y digestivo (6.957) y oftalmología son las que acumulan mayor demanda, mientras que las cirugías torácica (87), cardiaca (120) y maxilofacial (292) presentan los registros menos numerosos.
Por hospitales, los complejos asistenciales de Salamanca (6.496 pacientes), de León (6.097) y de Burgos (5.577) presentan una mayor lista de espera quirúrgica y los burgaleses de Aranda de Duero (565), Miranda de Ebro (784) y de Soria (834), menor.
Por último, la demora media de los pacientes en lista de espera estructural en el pasado 31 de diciembre se situaba en 94 (65 con la evaluación de 2018).
En el esfuerzo del sistema público de salud de Castilla y León en aras de la transparencia informativa, por primera vez se divulgan de forma sistematizada las estadísticas a cierre de ejercicio de las consultas externas y de las pruebas diagnósticas.
En el caso de las consultas externas, su registro presenta complicaciones debido a la inclusión de peticiones que no se ajustan exactamente a los criterios establecidos tanto para primera consulta y consultas sucesivas y a la falta de homogeneidad en la gestión de las citas entre los centros hospitalarios.
Al cierre del año pasado había 177.082 usuarios en espera para la primera consulta externa; de ellos, el porcentaje de pacientes en situación de espera estructural (persona que, en un momento dado, se encuentran pendientes de ser vistos en consultas de Atención Especializada, cuya espera es atribuible a la organización o a los recursos disponibles) era del 68% en el conjunto de la Comunidad y la demora media en este ámbito se situaba en 66 días.
La información sobre pruebas diagnósticas indica que en Castilla y León están pendientes de realización 45.745 pruebas diagnósticas (7.523 TAC, 8.237 resonancias magnéticas, 26.643 ecografías y 3.342 mamografias), que se reparten entre espera estructural, aplazamientos voluntarios y aplazamientos clínicos.
En total las pruebas diagnósticas ya citadas pero aún no realizadas y en lista de espera estructural suma 17.365 procedimientos (2.830 TAC, 5.030 resonancias magnéticas, 8.698 ecografías y 807 mamografías)
También otros 15.372 pacientes están pendientes de asignación de cita para una primera técnica diagnóstica (2.266 TAC, 7.264 resonancias magnéticas, 5.188 ecografías y 654 mamografias)
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