Redacción.- Durante el mes de noviembre del presente año, 131 conductores han sido denunciados por Agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Valladolid por conducir habiendo consumido alcohol y drogas. De ellos, 73 por dar positivo en drogas y 58 por alcohol. En total se han realizado 7.633 pruebas.
Durante este mes se han realizado 274 pruebas de detección de drogas a conductores que presentaban algún síntoma de haber ingerido alguna sustancia, habían cometido alguna infracción o que se habían visto implicados en un accidente.
De éstos 274 conductores sometidos al test salival para comprobar la presencia de drogas en su organismo, 73 resultaron positivas, es decir un 26,64%; Como viene siendo habitual entre las drogas más consumidas están el cannabis y cocaína.
Controles de alcohol
En lo referente al alcohol, durante el mes de noviembre se han realizado 7.359 pruebas de control de alcoholemia y 58 conductores dieron positivo, de ellos 50 detectados en controles preventivos, 01 tras haber cometido una infracción y otros 07 por estar implicados en un accidente.
De los 58 conductores que dieron positivo, a 45 se les ha abierto expediente sancionador por vía administrativa, mientras que a los 13 restantes se les ha instruido diligencias para su posterior traslado a la autoridad judicial por superar la tasa de 0,60 mg/l en aire espirado.
Así mismo dentro del mes reseñado se ha investigado a 13 conductores de turismo, 04 por perdida de vigencia del permiso por pérdida de puntos ,03 por privación del permiso por decisión judicial, 04 por carecer de él y 02 por negarse a realizar las pruebas de alcoholemia o drogas y presentar síntomas evidentes de ingesta de alcohol o sustancias estupefacientes.
Además se ha abierto diligencias a un conductor de nacionalidad rusa, siendo puesto a disposición judicial por conducir un camión octuplicando las tasas de alcohol legalmente establecidas, estando implicado en un accidente y presentando síntomas evidentes de ingesta de alcohol.
«La ingesta de bebidas alcohólicas influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial. «