CONGRESO MEDIÁTICO
Que la Sesión Constitutiva del Congreso de los Diputados, de la que salió investido como presidente el socialista Patxi López, fue mediática, nadie lo duda. Y todo porque un partido político, Podemos, puso su empeño en que así fuera.
Como consecuencia, Podemos robó protagonismo a la postura del PP, que optó por no presentar candidato a la Presidencia para no perder la votación; al pacto, ahora que se habla tanto de acuerdos, entre el PSOE y Ciudadanos para hacer factible la elección del nuevo presidente del Congreso; y al propio Patxi López, primer presidente de las Cortes Generales que no pertenece al partido más votado en las elecciones.
Nada que decir, técnicamente, a la puesta en escena de Podemos y partidos satélites en su primer día de acceso al Congreso. Y es que, con las bicicletas como medio de transporte, buscando el aparcamiento adecuado; con vestimentas hasta ahora inhabituales en el Hemiciclo, con charangas para irradiar alegría, con rastas llamativas que sembraron la perplejidad en la cara de muchos, y entre ellos en la del presidente del Gobierno en funciones; y con un precioso niño en manos de su madre, al que alimentó en el Hemiciclo y que fue destinatario de un voto perdido, tenían que dar juego mediático.
A todo ello se sumaron una forma inhabitual de prestar la promesa o juramento, salpimentada con gestos y puños en alto; y, ya fuera del Salón de Sesiones, una paletez reporteril acompañando a Pablo Iglesias hasta la puerta de los baños; y hasta unas declaraciones de éste, que, en un estilo que recuerda a determinados presidentes de repúblicas hispanoamericanas, hablando a los medios de comunicación se dirigía en primera persona al secretario General del PSOE, con un, en cierta medida chulesco, “te estoy hablando a tí, Pedro”.
A tal situación surrealista y llamativa, vivida, fotografiada y rodada en el Congreso, no se le puede poner un pero, salvo que la misma parece haber sido dirigida por un Almodóvar y este director no gusta a todo el mundo. Y ahí están el busilis, la cuestión y la madre del cordero.
Por tanto, Podemos debería preguntarse si su puesta en escena ha agradado a todos sus seguidores e incluso, si tiene vocación de futuro, al conjunto de los españoles que presenciaron la misma y que ahora analizan la imagen de “lo nuevo” frente a “lo viejo”, no sólo en el fondo sino también en las formas.
La Voz de Medina y Comarca