Editorial

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Como bola de nieve

Igual que una bola de nieve que crece cuanto más rueda, la crisis del Partido Popular de Medina del Campo ha ido aumentando su tamaño a lo largo de los últimos años hasta explotar por un tema nimio. Si en el momento en el que el PP local se sumió en la corrupción, hoy demostrada en los Tribunales, se hubiesen tomado las medidas adecuadas, dicha formación política estaría en la más absoluta normalidad y Medina del Campo no se habría visto reflejada en los periódicos, radiada en las emisoras y casi presente en el papel couché, como ha acontecido en los últimos días.
Todo ello ha sido imputable a una mala gestión por no cortar de raíz los males cuando éstos comenzaron y que llevarían al PP local a enfrentamientos internos a la hora de elegir un candidato a la Alcaldía, a espaldas de los afiliados; a la confección de una candidatura no consensuada, a una sangría de afiliados y a un sinfín de despropósitos que todavía no han terminado.
Al final, todo ha saltado por los aires, cuando, de haber habido unidad interna, los hechos acaecidos en los últimos días se habrían visto relegados a una mera anécdota. Pero no, la mala gestión de un tema estrictamente privado, unido a una crisis interna, en la que unos han acuchillado a otros con amenazas de dimisiones, han dado como resultado la dimisión de dos concejales del Ayuntamiento y la puesta en peligro del Gobierno de la propia  Diputación Provincial, ya que al menos es necesario preguntarse qué habría sucedido con tal institución si el hasta hace unas horas diputado popular de Medina se hubiese atrincherado en sus cargos y se hubiese decantado por pasar a formar parte de un grupo provincial no adscrito. En ese sentido, el concejal y diputado dimisionario ha demostrado ser más fiel al Partido Popular que otros que llevan años y años militando en el mismo.
Pese a todo y a pesar de que la Gestora que gobierna el PP local ha hecho, convenientemente dirigida desde Medina y Valladolid, lo que era menester ante las circunstancias, la crisis continúa; aunque las las amenazas de dimisiones o de la formación de un grupo municipal no adscrito de una de las facciones en liza parecen haberse calmado.
Ahora queda por delante la lucha por la Portavocía del grupo y luego vendrán las cuestiones ideológicas, las egolatrías, la indisciplina y la pugna por ser candidato a alcalde o concejal y …, a no ser que el PP de Medina, ahora en manos de una Gestora, aparentemente seria y disciplinada, reconduzca de forma definitiva el problema y arranque la raíz del mismo y sus ramificaciones.
La Voz de Medina y Comarca